Esta inafortunada isla de Fuerteventura, donde entre la apacible calma del cielo y del mar escribimos este comentario a la vida que pasa y a la que se queda, mide en lo más largo, de punta norte a punta sur, cien kilómetros, y en lo más ancho, veinticinco. En su extremo suroeste forma una península casi deshabitada, por donde vagan, entre soledades desnudas y desnudeces solitarias de la mísera tierra, algunos pastores.
La belleza de esta tierra es brutal. Sopla el viento y la arena te atraviesa como dardos, el mar se encabrita y bate furioso contra las rocas negras
Erbania fue su nombre hasta el siglo XV, cuando los normandos Jean de Bethencourt y Gadifer de la Salle la conquistaron y más adelante ofrecieron a los Reyes Católicos, pasando a ser una provincia más de la Corona. Entonces estaba dividida en dos provincias, Jandía y Maxorate. De este último término deriva el gentilicio majorero
Al nordeste de la isla se encuentra el Parque Natural de Corralejo, con la mayor superficie de dunas móviles de la isla, dunas que a veces llegan a cubrir la carretera de la costa.
Disfruto en Fuerteventura de unos días de paseos por la playa, lectura y excursiones, y me enamora su abrupta belleza, su paz. Y recuerdo constantemente a un querido amigo al que perdí hace unos años, vecino de Fuerteventura mucho tiempo, defensor apasionado de su biodiversidad, ecólogo, reivindicativo, no siempre cómodo para el poder, Miguel Pizarro. Por aquí sigue, he sentido su cálida presencia.
Ver: La isla de Lobos. Fuerteventura
Recordando a mi padre hoy, 7 años después, me encuentro con esta entrada de blog de alguien a quien no sé si conozco. En cualquier caso, muchas gracias por la bonita entrada dedicada a mi isla, y a mi padre.
ResponderEliminarQué alegría y bendita la casualidad que te ha llevado a mi blog. Yo conocí y traté a tu padre durante muchos años, fuimos muy amigos y le quise mucho, un cariño compartido. Aún le echo de menos. Una persona maravillosa e inolvidable. Me hace feliz conocer a su hija, aunque sea "virtualmente" y poder mandarte un fortísimo abrazo.
EliminarYo también conocí a Miguel, hace unos 30 años. Me acogió unos días en su casa (con Charo), me descubrió Fuerteventura, y sobre todo me descubrió el arte de la buena conversación. No volví a verle, pero cuando supe de su marcha sentí que el mundo se había vuelto menos interesante. Era (y es, y será) de esas personas que hacen que la vida sea más bella.
ResponderEliminarAsí es, una persona inolvidable. Un abrazo muy fuerte
Eliminarsolo tengo una tarde para hablarte ,
ResponderEliminarlo demás fueron saludos,
tu casa, tu biblioteca , un par de fotos,
otro amigo que me llevó , pero el arte
de esa tarde no lo olvido.
Un detalle que no olvido fue esa tarde,
conversamos, aprendimos ... mas solo fue una tarde.