Serrat & Miguel Hernández: Hijo de la luz y de la sombra

Serrat logra ponerme un nudo en la garganta. Canta, y una corriente eléctrica recorre el teatro. Un silencio absoluto que irrumpe en aplausos y vítores al finalizar cada canción.

Ayer por la tarde en el Teatro de la Zarzuela, de Madrid, Serrat presentaba su homenaje a Miguel Hernández, Hijo de la luz y de la sombra. Diez días que terminan mañana domingo, diez conciertos con lleno total. Sigue teniendo una voz preciosa y continúa modulándola como nadie, cantando con un gusto y una dulzura conmovedoras. Si su voz no es tan poderosa como fue, lo suple con oficio y sabiduría.














Un concierto precioso, veinte canciones, veinte poemas entre los que están los clásicos El niño yuntero, Menos tu vientre o Las nanas de la cebolla, junto con otros recién versionados y que formarán parte del disco que prepara. Poemas maravillosos tratados con mimo exquisito.


Este será el segundo album que el cantante dedique al poeta. Ya en 1972 nos brindó una serie de canciones inolvidables. Ahora se ha enfrentado a poemas menos conocidos, textos de adolescencia, de experimentación y plenitud. Un trabajo arriesgado que ha devenido en una obra maravillosa. Se lee en el folleto-presentacion del concierto: Miguel Hernández llegó a concebir su poesía como un itinerario desde el negro de la tinta hasta el cárdeno de la sangre. No se refería sólo ni principalmente a la vertida en las trincheras, sino a la que nutría los sentimientos y enfebrecía los tinteros hasta volverlos rojos y trémulos, en pudorosa metáfora del corazón. Pues un similar proceso de madurez puede advertirse entre los dos discursos que le ha dedicado el cantante, desde aquel primero de luto riguroso hasta este otro en negro y rojo.

Acompañaron las canciones fragmentos de diferentes cortos cinematográficos realizados por distintos directores, como Isabel Coixet, José Luis Cuerda, David Trueba, José Luis Garci o Bigas Luna. Especialmente emocionante fue la interpretación de Elegía, que os ofrezco, y Para la libertad, esta última acompañada de imágenes sobre la transición española, desde la muerte de Franco hasta el fracaso del golpe de estado del 23-F de 1981. Serrat es un mago a la hora de conectar con el público, transmite su emoción y la gente le corresponde calurosamente.
Al finalizar, el teatro puesto en pie, aplauso interminable.