Los amantes de la poesía estamos de enhorabuena. Félix Grande, el grandísimo poeta de Las Rubáiyatas de Horacio Martín, el autor de una de las novelas escritas en castellano más extraordinarias publicadas en los últimos años, La balada del abuelo Palancas, aquella que, según su mujer, la poeta Paca Aguirre, escribió en estado de gracia, publica un nuevo poemario después de cuatro décadas de silencio: La cabellera de la Shoá. "No había vuelto a la poesía y pensé que sería por algo", confiesa en una entrevista publicada por el diario El País. " Cuando no llegan las palabras es tal vez porque uno no lo merece". Parece ser que las palabras volvieron cuando, durante una visita al campo de exterminio de Auschwitz, contempló cerca de dos mil kilos de pelo de mujer guardados en un mueble, pelo rubio, moreno, pelirrojo, castaño, pelo revuelto que, en su desordenada mezcla, decolorado por el paso del tiempo, había adquirido un color diferente, completamente nuevo. ¿Cuál era ese color? De esa pregunta nació este libro.
Vicente Verdú escribe en un hermoso comentario publicado por el mismo diario: "Félix Grande procede de Tomelloso y así como hay pocos poetas tan sutiles como él, solo una media docena saben pasturar palabras a su modo".
A la espera de tener en las manos La cabellera de la Shoá, os ofrezco este poema.
La majestad del compromiso
Solo son verdaderas
las palabras irreparables
El amor es precipitado
Por cada palabra de astucia
de prudencia o temor
de incertidumbre o de cautela
que manche a nuestra boca,
un amante en su tumba
se volverá de espaldas coronado de asco
Ten respeto al descanso de los muertos
Comprométete o calla
Ven o vete
el título impone respeto, el final... estremece.
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