!!! Bienvenido ¡¡¡

Gracias por entrar. Antes de irte, echa un vistazo y comparte con nosotros. Nos interesa conocer todo lo que quieras compartir. ¿Has hecho algún descubrimiento deslumbrante? ¿Una película, un poema, un cuadro, un disco? ¿Una ciudad, un paisaje? Ábrenos una ventana y nos asomaremos.

jueves, 5 de mayo de 2011

El Jardín Botánico

Un día de diario, a finales de Abril, paseo hasta el Jardín Botánico con la idea de aislarme en algún rincón, entre árboles, y leer al sol. Caminando hacia la entrada por el Paseo del Prado, junto a la verja, te envuelve un denso olor a flores y plantas en plena eclosión. Ya en el interior del recinto, es como si una gran campana de cristal te aislara del bullicio madrileño, la bóveda que forman los árboles aparta edificios y calles, la algarabía de los pájaros silencia el ruido del tráfico.

























El primer Jardín Botánico que hubo en Madrid fue creado a mediados del siglo XVIII, por orden de Fernando VI, en la Huerta de Migas Calientes, a orillas del Manzanares. Contaba con más de 2000 plantas, recogidas por José Quer, botánico y cirujano, en sus numerosos viajes por la Península u obtenidas por intercambio con otros botánicos europeos. A partir de 1774, Carlos III dio instrucciones para su traslado al actual emplazamiento del paseo del Prado, donde se inaugura en 1781. Sabatini, arquitecto del Rey, y Juan de Villanueva, al que debemos el Museo del Prado y el Observatorio Astronómico, entre otras obras, se hicieron cargo del proyecto.





















El Jardín consta de una zona aterrazada donde están los diferentes tipos de flores y arbustos, separados por paseos y caminos que van dibujando rincones donde sentarte a descansar. Flores ornamentales y plantas aromáticas: romero, tomillo, salvia, ajo, abrótano, perpetua, hisopo ... nombres preciosos para estas plantas humildes y flagrantes. Olores intensísimos. Pequeños setos con los sanjuaninos de mi infancia. Y la rosaleda. Se me había olvidado como huelen las rosas criadas fuera de los invernaderos. Parezco un sabueso, olisqueando el aire. Los tulipanes ya se han marchitado, pero la colección de lirios es impresionante.



























En la parte superior del jardín, los árboles se aprietan formando pequeños bosquecillos entre cuyas ramas se filtra la luz. Me siento en un banco de piedra. Cómo pueden darse tantos tonos de verde? El periódico continúa en mi bolso, sin abrir.

1 comentario:

  1. Cuando florecen las primeras rosas y amapolas que suscitan tanta admiración, me quedo tambien con la belleza de tantos verdes reunidos...mirar Y ver.
    Por fin luce el sol, la naturaleza canta de placer después de tantas lluvias.
    Los incendios se han desplazado al norte de Europa....¡qué extraño! ¿verdad?
    Buen paseo.

    ResponderEliminar