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sábado, 18 de mayo de 2013

El País echa a Maruja Torres

Ignominia


"Vivimos en un tiempo de canallas sumidos en un estado de necedad permanente. Lo interesante para quienes somos víctimas del navajismo institucional, de lo que ha dado en llamarse su violencia simbólica, es averiguar qué nació primero. Si el ser canalla o el ser necio. Quién alimenta a quién. O si el canalla, al saberse aupado por sus pares a la cresta del capitalismo caníbal, ha perdido toda compostura, todo pudor, y no le importa en lo más mínimo que su retorcida necedad se exhiba en plaza pública. ¿Quién va a bajarme de la cima? ¿A mí? Vamos, hombre.

Así es como los Wert, Ruiz-Gallardón, Margallo, Morenés y Rajoy, por citar solo a algunos; las Báñez, Botella, Cifuentes y Cospedal, por mencionar a unas pocas otras. Así es como los directivos de la televisión pública y sus palmeros, y los guerra civilistas de los periódicos insanos. Así es como los ejecutivos de las grandes empresas y de los grandes bancos que se blindan los sueldos y las pensiones y los bonos... Así es, termino por fin la frase —en algún momento hay que hacerlo, pero sujetos no faltan—, así es como toda esta banda de añejos arribistas se carcajea de nosotros. Pisoteando nuestros cráneos y sin importarles la vergüenza ajena que sus dislates nos provocan.

“¡Mira, madre! ¡Estoy en la cima del mundo!”, gritaba al final de Al rojo vivo, la película de Roul Walsh, el asesino nato Cody Jarret, héroe negativo de una época turbulenta.

Estos depredadores de ahora se gritan los unos a los otros: mira chico, yo también he llegado, y cada día se me ocurre algo más necio. Los de abajo, los desangrados, empezamos a añorar a los clásicos gánsteres.

Hay más dignidad en la uña del meñique de un desahuciado que en toda la cúpula que nos aniebla."

Nunca pensé que el diario El País, del que soy asidua lectora desde su nacimiento, pudiera caer tan bajo. Juan Luis Cebrián ha conseguido poco a poco ir desnaturalizando el periódico que yo conocí, cuando más que un diario era un grito de libertad. Para muchas de aquellas primeras lectoras, la firma de Maruja Torres y Rosa Montero sintetizaban la lucha por ocupar nuestro lugar en el mundo. Cómo hubiéramos podido imaginar que, años después, ese mismo periódico que reivindicaba la libertad iba a prescindir de Torres por continuar en la misma línea de pensamiento que le había hecho un hueco en sus páginas. Nunca tuvo pelos en la lengua, ni antes ni ahora. Estuvieses o no de acuerdo con sus tesis, Maruja Torres siempre ha sido coherente e incorruptible, poniendo voz a lo que muchos pensamos, defendiendo a los indefensos, denunciando las tropelías de los poderosos. y eso ha resultado intolerable para un staff que ya no forma parte del mundo periodístico, sino de los mangantes que nos extorsionan. Hace poco fue otro espléndido periodista, Enric González. Hoy le ha tocado a ella. Ojo Carlos Boyero, David Trueba, Rosa Montero, Juanjo Millás y algunos otros. Esto ha sido un aviso a navegantes. Ya pueden ir poniendo sus barbas a remojo.

Su última columna, aparecida el pasado jueves, ha resultado premonitoria.

8 comentarios:

  1. Puesto que no se ha explicadado nada, a mi también me ha parecido una puñalada por la espalda. Desde hace mucho creo que El País no es ni mucho menos lo que fue, que no sigue la línea editorial diáfana que le caracterizó en su primera etapa. Entre estos, los que no sueñan más que en tumbar un Gobierno o una Monarquía, los que nos meten ambas instituciones hasta en la sopa o los directamente golpistas, apetece enterarse en la calle de los hechos consumados y, como ya somos un poco mayorcitos, la opinión ya la pondrá uno para su consumo personal. Muchos besos, cielo.

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    1. Eso es lo malo, que no tenemos ya un medio de comunicación fiable. Pero me duele especialmente en qué ha derivado El País. En fin, debo estar haciéndome mayor porque siento que todo va a peor. Un beso José

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  2. No es la primera vez que a Maruja Torres la echan de El País, según cuenta ella en "Mujer en guerra", en los peores tiempos del felipismo, edad de oro para lo que ha ido viniendo después.
    Por lo menos lo dijo, se dio el gustazo. No como muchos de nosotros que vivimos amordazados, sin atrevernos a opinar ni en nuestro entorno.
    No es que te estés haciendo vieja, es que estamos viviendo el fin de un sistema, la descomposición de un régimen a velocidades inusitadas.
    Un abrazo

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    1. Ojalá sepamos hacerlo y construyamos algo mejor. Un abrazo enorme para ti.

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  3. Hace tiempo que no tenemos un puerto al que arribar y que no este lleno de filibusteros, Sol. Yo me canse hace ya mucho de El Pais y me pase a Publico que me parecia mas fresco y menos sesudo. Luego se fue Publico y llego la crisis y ahi terminaron los periodicos para mi. Ahora soy mas ignorante si cabe, pero vivo un poco menos infeliz, a eso me han llevado los tiempos. Maruja, ahora, sera un poco mas libre. Bien por ella. Un beso grande, guapa.

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    1. Debería seguir tus pasos y prescindir de la prensa, pero mi vicio está muy arraigado (soy periodista) y me resisto. Debo ser masoquista. En fin... Muchos besos, David

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  4. Yo tengo mi propia prensa. Un grupo de blogeros que me dicen lo que pasa, como pasa y como lo sienten ellos, eso si, siempre pasando previamente por mi filtro de valores.

    Porque es cierto que no hay un verdad absoluta, pero si una única humanidad y esa la están perdiendo muchos hombres vestidos de representantes.

    Sol Pau, tu pasas con creces mi filtro de los valores y por esa razón, creo, valoro y aprecio tus palabras.

    Un saludo supervivientes.

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    1. Gracias, Juan. Somos muchos, la razón está de nuestra parte, debemos creer que podemos. Me ha encantado encontrarte en Mi casa. Un abrazo fuerte

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