
De Tirso de Molina solo conocía Don Gil de las calzas verdes, otra pieza genial que me divirtió cuando su lectura formaba parte del programa de Literatura de la facultad, y que más tarde vi representada. Ahora la protagonista es una mujer, Finea, que se enamora del conde Federico cuando, enviado por el rey de Nápoles, visita a su hermano Alberto, pese a que este ha decidido ocultarla para preservar su virtud. Pero Finea logra verle sin ser descubierta, decide seguirle y, disfrazada de hombre, ponerse a su servicio. Tras multitud de peripecias el pobre conde se ve obligado a casarse con esta joven voluntariosa a la que no conoce y cuya reputación parece haber mancillado. Resulta hilarante su resignación y desconcierto ante lo que los demás aseguran ha ocurrido y que él no recuerda en absoluto.

Me gustó la sencillez de la puesta en escena y el estupendo trabajo de los actores, especialmente el de Alex Torno como Alberto y el marqués Ludovico y el de José Bustos como el conde Federico. . Una deliciosa comedia que asegura hora y media de diversión.
Os dejo el vídeo promocional.
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