A qué región me llegaré a buscarte
ahora que reposas a mi lado
en forma de deseo
hombre
cuya belleza apenas
conocía. Cada día me ciñe
su cilicio de ausencia.
Me has herido de vida desde toda
tu muerte
y no hay sueño bastante a tu vacío.
***
No conozco unos ojos más limpios
que los tuyos. Estás en ellos
y a la vez están
las cosas que tú ves
como las ves: el pájaro
no el vuelo. Y siempre te sorprendes
si te digo
las cosas que se dicen
los que aman. Me miras
y me enseñas
que el cuerpo del amor
-como tus ojos-
no precisa
palabras. Que es
-como tus ojos-
transparente.
Una visitante de Mi casa nos dejó, en una entrada dedicada a Luis Rosales, el primer poema que ahora os ofrezco. Y me descubre a una poeta que no conocía, Ada Salas, cuyo poemario Esto no es silencio trataré de conseguir. Dicen, creo que con razón, que sus versos recuerdan los de Valente.
No hay comentarios:
Publicar un comentario