"La historia de España es una historia escrita a empujones,
donde para afinar cada versión de un suceso han sido necesarias una distancia
de siglos y superar las zafias manipulaciones interesadas. Sucede ahora con la
corrección sobre un Estado corrupto, sobrecargado de desvío de fondos, élites
aprovechadas y un sistema abrasado de concursos amañados de gestión colectiva,
privatizaciones a favor de amiguetes de cole, estudios de consultoría inflados
y fundaciones recaudatorias para el partido con poder. A cada impulso por
esclarecer una disfunción le sigue un latigazo de autoridad, un tribunal
superior castrador del empeño de un juez insumiso. A cada prospección
periodística de calado, le corresponden paladas de tierra y negaciones
empecinadas para recuperar esa oscuridad impune en la que también se mueven los
poderosos.
Pero sería inocente pretender que esto es un fruto de
nuestro tiempo. Incluso culpar a la democracia de tener este defecto de uso,
como si fuera un electrodoméstico de los de ahora con fecha fijada para
estropearse. El otro día un gasolinero almeriense me dijo que España era el
país más rico del mundo, porque algunos llevan 300 años robando y aún no se
acaba el dinero. Cuando uno analiza la historia ya asentada de España se da
cuenta de que la pelea nacional se establece hace siglos entre la cacicada y la
regeneración. A cada impulso de apertura le corresponden dos zapatazos de
impuesta sumisión. A cada denuncia de un estado podrido de las cosas, le atizan
un exilio forzado y tres mordazas.
Los que aún bucean en los archivos y han encontrado que
militares franquistas y personajes de alta influencia tras la guerra civil
recibieron fortunas en sobornos desde Reino Unido para mantener la neutralidad
española durante la guerra mundial, nos invitan a retomar la senda de esa
reescritura distanciada de las versiones oficiales, siempre heroicas y
fotogénicas con parada en Hendaya. Tarde, se termina por imponer la verdad más
transparente, la que nos devuelve la incómoda certeza de que los salvadores y los
patriotas tampoco son la solución, sino la más óptima explotación del concepto
de oportunismo en beneficio propio, que exprimen la desazón social para trepar.
La tragedia española que ojalá terminemos algún día de escribir una vez tras
otra."
David Trueba, diario El País, 7 de junio de 2013.
"Españolito que vienes al mundo te guarde Dios, una de las dos Españas ha de helarte el corazón". A esto es a lo que me ha recordado.
ResponderEliminarTerribles tiempos en los que a la decencia se la confunde con la locura, la vileza bien gestionada es sagacidad de hombre avispado. Y el hedonismo, el lucro propio, la satisfacción de los instintos son el corpus ideológico, la filosofía clarividente de los inteligentes de nuevo cuño...
ResponderEliminarPuestos en esta tesitura, reivindico con LF la locura implacable y justiciera que dé al traste con esta razón tan razonable de las bestias con rostro humano: hago, pues, un elogio ferviente de la locura.
Y yo contigo. Esa locura que te hace confiar en lo imposible y remueve los cimientos. Locura bendita. Un abrazo
EliminarNo admiro al personaje pero sí al escritor. Los escarceos políticos le han dejado con un pedazo de culo al aire. Pero es un gran narrador y se lo perdono casi todo -como si fuese una de esas mujeres malillas pero que nos tienen cogidos (con perdón) por el cerebelo con sus gracias, casi siempre corporales- por haber escrito "La fiesta del chivo", obra que me ha removido la sentina y que me ha vuelto un tiranicida peligroso (in pectore), pese a que soy hombre dulce como el alfajor..., fuera de esos raptos de iracundia durante los cuales yo mismo me evito.
ResponderEliminarBueno, mi Sol; estoy cansaducho de usar la motosierra y cierro la ventana. Total para lo que me lo vas a agradecer...
Beso la.
Creo que me he equivocado de post al escribir lo de Vargas llosa. Estoy cansado y apelo a tu benevolencia, Sol. Sírvete recolocarlo. O si no da igual.
ResponderEliminarAy...
Ya te echaba de menos. Besos,Federico
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