!!! Bienvenido ¡¡¡

Gracias por entrar. Antes de irte, echa un vistazo y comparte con nosotros. Nos interesa conocer todo lo que quieras compartir. ¿Has hecho algún descubrimiento deslumbrante? ¿Una película, un poema, un cuadro, un disco? ¿Una ciudad, un paisaje? Ábrenos una ventana y nos asomaremos.

viernes, 30 de agosto de 2013

Fernando Beltrán, "Treinta y seis"

Treinta y seis

Treinta y siete,
treinta y ocho veces
te morderé los pies
hasta saber la horma de tu boca,
la fiebre que ayer tuve
y la distancia
de puntillas
que va del hueso al fruto,
del corazón a la lengua,
de la raíz al vértigo terrible
y el granizo
de tu piel y mis nubes
arruinando las uvas

de este mes de septiembre.

10 comentarios:

  1. No hace falta, Sol, que te escriba cada día; ¿qué iba yo a comentar sobre que alguien mordisquee los dedos de los pies a una ragazza? Como no sea que imagino que la horma de la boca va a estar difícil de tomar, pues es tan cambiante en esas lides que lo mismo es bocina de trompeta apocalíptica, que sinuosa carretera de montaña -de un lado el abismo del otro la roca desnuda con estrías de barrenos-, o media luna con los cuernos apuntando a las pulseras del tobillo.
    Y ese granizo que acribilla las espaldas...
    Demasiado para mí, no estoy por la labor: es hora de que tome otro café y de aventar devananderas de sombra y sueño.
    Un beso te mando por el cuervito de ojos amarillos que un día me enviaste. Que acierte.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Es que te echo de menos, Apollinaire. Es un gusto leerte. Te devuelvo besos con el cuervito.

      Eliminar
  2. Pero te leo siempre aunque no gurgute, como esos perros que miran con ojos lánguidos a su dueña sin abrir boca, moviendo sólo la colita (con perdón). Pero qué perdón si tu Apollinaire decía cosas mucho más osadas en "Onze milles verges", libro de culto de Picasso y Aragón y en cuya lectura me complazco de vez en cuando.

    Ah!: tú que debes de tener manos de hada, a ver si le pintas de blanco la pechera al cuervito. Así, regresaría a mí como hurraca parlanchina. Yo le daría el toque definitivo y te la devolvería paloma blanca. Y además recibirías mis mensajes de viva voz: de pájaro, se entiende.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. jajaja. ¿Ves por qué te echo de menos y me siento triste y abandonada cuando no gurgutas? Eres el Apollinaire con más ingenio que conozco. Así que, si así te hago feliz, te devuelvo al cuervito pintado de todos los colores cual ave del paraíso, para tu regocijo y solaz, y una varita mágica para que lo conviertas en lo que te plazca. Y allá van mis besos

      Eliminar
  3. En noviembre de 1997, desde Tribuna Ciudadana rendimos el gran homenaje que, creíamos, Oviedo le debía a su poeta mayor Ángel González. Después de tres días, mañana y tarde, de encuentros literarios públicos de todo tipo se celebró el gran acto final consistente en un recital de 19 poetas, de entre los mejores de España, que desde el escenario del Teatro Campoamor agotaron el aforo de 1.200 personas (y más de cien a la puerta sin poder entrar) en torno a Ángel.
    Fueron tres horas en las que se podía palpar la unión entre el público y los poetas como sólo ocurre en contadísimas ocasiones, unión de la que pueden hablar sin cuento cantantes y actores que hayan tenido la dicha de haber vivido.
    Pues bien, cuando Fernando tomó la palabra, tras dos poemas, leyó su "Ataque al corazón" en el que evoca a su padre de principio a fin. Toda la lectura transcurrió en medio de una intensísima emoción que se tornó en balbuceos y lágrimas cuando relataba los últimos días del padre. No sé como pudo terminar la lectura pero lo logró finalmente.
    Puedo asegurar, porque como sabes lo viví desde lugar privilegiado, que en ese momento la mayoría del público vibraba exactamente en la misma frecuencia que nuestro querido Fernando.
    El homenaje a Ángel al completo fue inolvidable en todos los sentidos pero la intervención de Fernando, que ahora rememoro en Tu casa, fue de una intensidad tal que permanecerá indeleble en mi memoria de por vida.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Cómo ya no tengo cabeza, puede que esté equivocada, tú me dirás, pero creo que yo estuve en ese acto. Creo recordarme en una platea del Campoamor. Recuerdo a Ángel recitando sus poemas, y a Amancio Prada y al autor de Contamíname (no recuerdo su nombre) cantando sus versos. Fue así? Un beso grande, José.

      Eliminar
  4. Ay, compañerina, andamos parejos en esto de la memoria no obstante aquellos actos los recuerdo muy bien. En efecto, estabas en una platea del Campoamor en aquel recital de Ángel al alimón con Pedro Guerra y Amancio Prada; es más, estuvimos charlando un buen rato al salir en compañía de Lucía. Fue en 2002.
    El homenaje a Ángel por parte de Tribuna Ciudadana, con el gran acto poético final también en el Campoamor del que te hablaba ayer fue anterior, en 1997.
    Otro beso grande, tanto como la estrella Polar que ahora estoy viendo, para ti, compañerina.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. No sé si te pasa a ti, pero hay cosas que no sé si las he vivido o imaginado en base a los datos que otro me da.En fin, la vieyera (se escribe con y o con dos eles?). En el acto al que te refieres no sé si estuve o no. Qué desastre. Un beso, cielo.

      Eliminar
  5. No estuviste y... aaay, siempre tuve penita por tu ausencia.
    Muchos besos con la misma atención que ponía Angel cuando los daba.

    ResponderEliminar