El espectáculo grotesco que vemos cada día en el teatro de
la vida colectiva española no parece ser el resultado de un espejo crítico que
se empeña en deformar la realidad, exagerándola, sino que más bien transmite
una imagen fidedigna de una realidad contrahecha. Da la impresión de que hoy no
se lleva mucho el estilo pulcro y preciso ni abunda el gusto por el trabajo
bien hecho al modo de Velázquez. Por el contrario, emerge otra vez lo deforme;
es tiempo de burla, sátira y tragedia. Vuelve a ser tiempo de Goya. Y del
esperpento de Valle-Inclán y el tremendismo de Cela. Seguramente también
volverán los Buñuel, Berlanga y Almodóvar, si es que alguna vez se fueron del
todo. De hecho, sus personajes más típicos ya están ocupando la escena
principal."
Os traigo un extracto del artículo publicado por Josep M. Colomer en el diario El País, el 25 de agosto.
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