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domingo, 25 de agosto de 2013

"La belleza encerrada" en el Museo del Prado

Si me preguntaran cual es la mejor exposición que se puede ver ahora mismo en Madrid, respondería sin dudarlo que La belleza encerrada. Es, probablemente, una de las mejores que he contemplado nunca. El Museo del Prado, falto de presupuesto para organizar muestras costosas, ha optado por rescatar de sus sótanos parte de los tesoros que custodia, y ha montado una exposición extraordinaria a base de pequeños formatos de grandes maestros, desde una Atenea Partenos del 130 d.C. hasta Adán dormido, de Juan Samsó, de 1882.













Me va a resultar imposible traeros a Mi casa todas las maravillas que he visto, ni siquiera una selección decente, pero en entradas sucesivas intentaré mostraros algunas de las obras que más me han maravillado. Salí de la exposición pensando que algo bueno nos traerá esta crisis si conlleva desempolvar obras de esta magnitud, normalmente vedadas al común de los mortales. El Prado atesora tanta belleza como muestra.












La Mesa de los pecados capitales, de El Bosco, preside una sala en la que también podemos contemplar la Extracción de la piedra de la locura, del mismo pintor, que os muestro al final de la página, a la derecha, y la solemne Piedad de Roger van der Weiden. La Mesa es una obra extraordinaria, con la que El Bosco vuelve sobre el tema del pecado, la condena y el infierno, mostrándonos distintas escenas de la vida cotidiana que simbolizan la soberbia, la avaricia, la gula, la envidia,la pereza y la lujuria. Un óleo sobre tabla realizado entre el año 1500 y el 1516.















Durante todo el siglo XVI los seguidores de El Bosco imitarán esta temática hasta la saciedad, pero ninguno alcanzará su maestría. Esa pincelada sin apenas retoques, la innovación que supone su colorido, más atrevido de lo que era común en su tiempo, ese punto caricaturesco de sus personajes, su exacerbada imaginación. Es un pintor que me fascina. Os invito a ampliar las fotos y descubrir el detalle.












2 comentarios:

  1. Cada vez que vamos al Prado, El Bosco es una visita obligada. Puedes mirarlo mil veces y siempre acabas descubriendo una genialidad nueva. Gracias por traernoslo. Un beso, Sol.

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