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jueves, 15 de agosto de 2013

Un paseo por Mahón

Esta es una ciudad deliciosa, donde el turista se confunde con los mahoneses (quizá por que en agosto todos vamos disfrazados de veraneantes), una ciudad plácida de calles estrechas y casas encaladas, palmeras y buganvillas. Y tiene uno de los mejores puertos naturales del mundo, por lo que siempre fue una plaza apetecida por las grandes potencias. La ciudad fue fundada por el general cartaginés Magón, hermano de Anibal, por lo que una vez anexionada al Imperio Romano fue denominado como Portus Magonis.












Luego fue de los vándalos, bizantinos, normandos y musulmanes, hasta que pasó a formar parte, en el siglo XIII, del Reino de Aragón. En el  XVIII pasó a soberanía británica tras la Guerra de Sucesión, convirtiéndose en un centro comercial y de contrabando. Todavía quedan vestigios de la presencia inglesa en la arquitectura de la ciudad.

























Aunque en pleno agosto el calor resulta asfixiante, efecto multiplicado por el altísimo índice de humedad, resulta encantador pasear por sus calles, sentarse en una terraza mientras escuchas a un grupo interpretando música de los ochenta, o antiguas piezas de jazz; o entrar a picar algo en la antigua Lonja. Allí tiene un pequeño local el restaurante  La Cuína dels Àngels, donde Ángeles nos preparó unas cuantas exquisiteces. En otro momento os mostraré el restaurante, un espacio gastronómico, como la propietaria gusta llamarlo, muy especial.

4 comentarios:

  1. La última foto, Sol, parece tomada en Bajovilla; se parece mucho al tránsito abierto hace unos años, que comunica la Paza Mayor con la Plaza del Marqués. También los muros de paredes altas y las farolas tienen aroma del barrio de pescadores. La perspectiva está invertida pero, con poco esfuerzo, puedo entrever al fondo de la plaza, a través de la arcada que cala el caserío, el puerto deportivo y las colinas del monte Areo. Siempre Asturias en el corazón y en la mente sin brida ni atalaje.
    Ayer precisamente, unas horas antes de los Fuegos (ayer era la Noche de los Fuegos, supongo que no lo habrías olvidado), era difícil transitar por estos pasajes angostos, tal era el gentío que pululaba "entre plazas": del puerto a la playa de San Lorenzo; de la Plaza del Marqués al Campo Valdés...
    Y siguió una noche fresca y despeajada y los ingenuos nos apiñábamos un año más a cumplir con el rito. Luego, nos tomamos unos "destornilladores" que me aflojaron algunos tornillo que llevaba demasiado prietos de un tiempo a esta parte... Sí, ha habido en mi vivencia eventos tristes, partidas definitivas, duelos y quebrantos: la muerte, divina compañera.
    Pero uno que mantiene el tipo y que sale ahora escopetado hacia la Arcadia. Es tiempo de recoger las ciruelas claudias y de extremar la ternura al besar la sien atribulada.
    Besos, Sol. Y buena suerte.

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    1. No, no. Ni muertes, ni despedidas. Siento en el alma si estás de luto, algo más que compartimos. Pero hay que recoger las ciruelas, y hacer mermelada. Tú, a tu Arcadia; yo, a disfrutar de los míos. Y de esa multitud de pequeños placeres cotidianos. Las cosas insignificantes. Un beso, Federico. Buena suerte también para ti.

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  2. Una vez mas me entrometo en vuestras conversaciones porque las hago un poco mias, aunque aun no conozca vuestra tierra. Pero conozco vuestro acento aunque no os haya escuchado, solo tengo que recordar el dulce sonido de las voces de mis vecinos avilesinos de pura cepa y asturianos hasta la medula y mas adentro. Hago mias una por una cada palabra de la sabia amiga Sol. Adelante con las pequeñas cosas que la vida sigue. Un beso a ambos y en esta ocasión tambien un fuerte abrazo.

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    1. Tú nunca te entrometes, David. Tuyas son también. Sé que tú también celebras cada amanecer, amigo mío, pese a todo. La vida es más simple de lo que parece, verdad? Vivir, amar a quienes amamos, celebrar su vida y un buen vaso de vino, o de sidra, con chorizo. Por ejemplo. Una ristra de besos

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