Un concierto de la pianista Martha Argerich siempre supone para mí un acontecimiento. He tenido oportunidad de escucharla en varias ocasiones, y su modo de interpretar siempre me conmueve. Con esa expectativa volví hace unos días al Auditorio, sin haber consultado antes el programa, y para mi sorpresa contemplo un desfile de músicos interpretando pequeñas piezas, muchas de ellas desconocidas para mí, y a Argerich al piano al comienzo y al final de la primera parte. Confieso que no pude quedarme a la segunda, en la que formaba un quinteto interpretando el Quinteto en mi bemol mayor de Schumann. Y lo sentí.
Comenzó con la Polonesa brillante en do mayor de Chopin, una pieza bonita y agradable, escrita por el compositor siendo muy joven, y desapareció hasta volver con toda la troupe y ofrecernos varias obras cortas de Astor Piazzolla. Me quedé con la miel en los labios. Sí me gustó Nigun, de Ernest Bloch, interpretado por Ivrv Gitlis al violín y Eduardo Hubert al piano. Os la ofrezco:
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