La playa, en bajamar, está casi desierta, solo algunos arrojados bañistas, paseantes de perros y jóvenes surfistas. Me fascinan los caminos que dibujan sus huellas en la arena virgen; si fuera una buena fotógrafa sabría sacarles partido. Envidio a los más madrugadores que hoy la han estrenado. Y fotografío los reflejos en el agua de la ciudad, casi a ciegas porque esta luz incierta me confunde.
De vuelta a casa, el Puerto Deportivo también me ofrece el mundo al revés.
Recientemente un amigo me confesaba su diaria celebración de la vida. Cómo no hacerlo, si gratuitamente podemos disfrutar de estas extraordinarias insignificancias.
Sol, me encanta esta serie que nos traes hoy, cargada de poesía pero también de buen ojo fotográfico. Bellísimas las de los mástiles y algunas de los edificios. Una artista támbien de la fotografía. Besines y muy buen fin de semana.
ResponderEliminarGracias guapo; viniendo de ti, es todo un piropazo. Tú hubieras hecho maravillas.
EliminarBuen fin de semana también para ti. Y muchos besos