Cuando la segunda ola de feminismo se encontraba en su
momento de plenitud, en 1975, el escritor Italo Calvino envió una carta al
intelectual Claudio Magris, como respuesta a su artículo en contra del aborto
llamado “The Deluded”, publicado en el periódico italiano Corriere della sera.
Os ofrezco un extracto:
"Traer a un niño al mundo tiene sentido sólo si el niño es
deseado consciente y libremente por sus padres. Si no, se trata simplemente de
comportamiento animal y criminal. Un ser humano se convierte en humano no sólo
por la convergencia causal de ciertas condiciones biológicas, sino a través del
acto de voluntad y amor de otras personas. Si este no es el caso, la humanidad
se vuelve —lo cual ya ocurre— no más que una madriguera de conejos. Una
madriguera no libre sino constreñida a las condiciones de artificialidad en las
que existe, con luz artificial y alimentos químicos.
Sólo aquellas personas que están 100% convencidas de poseer
la capacidad moral y física no sólo de mantener a un hijo sino de acogerlo y
amarlo, tienen derecho a procrear. Si no es el caso, deben primeramente hacer
todo lo posible para no concebir y si conciben, el aborto no representa sólo
una triste necesidad sino una decisión altamente moral que debe ser tomada con
completa libertad de conciencia. No entiendo cómo puedes asociar la idea del
aborto con el concepto de hedonismo o de la buena vida. El aborto es un hecho
espeluznante.
En el aborto la persona que es vulnerada física y moralmente
es la mujer. También para cualquier hombre con conciencia cada aborto es dilema
moral que deja una marca, pero ciertamente aquí el destino de una mujer se
encuentra en una situación desproporcionada de desigualdad con el hombre, que
cada hombre debería morderse la lengua tres veces antes de hablar de estas
cosas. Justo en el momento en que intentamos hacer menos bárbara una situación
en la cual la mujer está verdaderamente aterrada, un intelectual usa su
autoridad para que esa mujer permanezca en este infierno. Déjame decirte que eres
verdaderamente responsable, por decir lo mínimo. Yo no me burlaría tanto de las
“medidas de higiene profiláctica”, ciertamente nunca te has sometido a rasgarte
el vientre. Pero me encantaría ver tu cara si te forzaran a una operación en la
mugre y sin los recursos que hay en los hospitales.
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