Donde acaba el amor
Cuando llegas al muro
donde acaba el amor
ya no hay escapatoria.
Y lo escalaba trabajosamente,
repitiendo "ya no hay escapatoria",
desafiando los cristales rotos
clavados en su cumbre;
y se dejó caer al otro lado
con las manos heridas.
Se las miró un momento,
y se lamió la sangre,
"Ya no hay escapatoria"
susurraba anhelante.
Por fin echó a correr,
sin mirar hacia atrás,
por la llanura estática,
plana, infinita y yerma.
De vez en cuando vuelvo a este poemario, tan querido, y releo mis versos subrayados: "Amenazado vives, al raso, crepitando,/ como una hoguera al cierzo/ gastando tus cartuchos con saña y desafío...".
Hola! Estoy de Albania, y me acaba de descubrir tu blog. Me gusta mucho. Felicitaciones. Besos, Erisa
ResponderEliminarBienvenida, Erisa. Espero que conviertas Mi casa en la tuya, y encontrarte a menudo por aquí. Un fuerte abrazo y muchísimas gracias
EliminarPoema certero y redondo Donde acaba el amor que traes hoy.
ResponderEliminar¿Por qué será?, yo también vuelvo con cierta frecuencia a estos versos de Carmen:
Si llegara hasta tu oído
por algún extraño caso
que publico que te olvido,
amor, tú no hagas ni caso.
Son ganas de meter ruido,
miedo de dormir al raso,
¡qué más hubiera querido!
Mil besos, cielo, sobre el choque de la mar con el acantilado y a punto de estar la luna llena.
Un millón de besos para ti, querido.
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