Luego le tocó el turno a Maria Joào Pires que bordó el Concierto para piano y Orquesta nº 2 en Si bemol de Beethoven, la orquesta acompañándola magníficamente y, tras el descanso, una joya de Mozart, la Sinfonía nº 41 en Do mayor "Júpiter". En el verano de 1788 Mozart escribirá tres sinfonías memorables: la luminosa Sinfonía nº 39, la dramática y sombría Sinfonía nº 40 y la monumental Júpiter. Resulta increíble imaginar a alguien capaz de componer de una tacada semejantes obras suplicando a amigos y conocidos unos florines para pagar el alquiler de su casa.
La música siempre es un bálsamo, pero a este concierto, por el momento familiar que estoy viviendo, debo agradecerle grandes bondades. Salí del auditorio con el alma sosegada y fuerzas renovadas. Bendita sea la música.
Os dejo con Mozart:
Este lunes radiante (lo es porque así lo percibo en mi corazón) traigo a Tu casa, mi Sol, esta partitura de Mozart: Exultate, Jubilate.
ResponderEliminarEl que quiera escucharlo, que pinche en el circulito de abajo.
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Mi Apollinaire querido: un lunes radiante, sin duda alguna. Pero me dejas perpleja con el circulito de abajo. Danos una explicación, please. Todos mis besos
EliminarUna simple broma surrealista, Sole.
EliminarJajaja, tenía que habérseme ocurrido. Si quieres un beso, al circulito
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"Exsultate", prego.
ResponderEliminarPara no quedarnos sin el precioso motete, querido, aquí lo traigo. Mil besos
Eliminarhttp://www.youtube.com/watch?v=Ulrb921Oc-Y
Qué fortuna resulta vivir en Oviedo para los melómanos (y no digamos nada para los casi compulsivos como un servidor) teniendo en cuenta que nuestra ciudad es la número 1 de España en la relación actos musicales/número de habitantes. Es muy frecuente que los mejores intérpretes intervengan en sus giras españolas en una o dos de las ciudades grandes y en Oviedo. Como ejemplo tenemos el reciente de los excepcionales violinistas Anne-Sophie Mutter o Itzan Perlman que sólo han tocado en Madrid y en Oviedo.
ResponderEliminarMaría Joao Pires se ha convertido casi en una clásica carbayona que después de dejaros, como bien dices, "con el alma sosegada y fuerzas renovadas" ha hecho lo mismo con el público que abarrotó el Auditorio de esta, en tiempos, corte.
De ella ha dicho Joaquín Valdeón, crítico de La Nueva España, amigo y compañero de cuerda en nuestros años cantores:
"Pires -como el resto de elegidos virtuosos-, esculpe su propio sonido, labra a mano la más sutil escultura, una inmaterial e irrepetible escultura sonora. Es un arte palpable. La belleza de su sonido es paradigmática, y está a la altura de su transparente y absolutamente admirable independencia de voces. Con un inusitado talento hace que su mano izquierda adquiera por momentos el vuelo que parece reservado solo a la derecha, cada voz la presenta nítidamente debido a un impresionante dominio de la dinámica, y cada sonido es, siempre, de una calidez especialmente bella, orgánica, de una gran elegancia y transparencia sonora, que manifestó, igualmente, en el "Impromptu" Op. 142 nº 2 de Schubert de propina."
Igualmente dice de la Sinfónica de Viena:
"No es lo mismo una buena orquesta que otra que, además de tocar, presenta un sonido propio, único por el empaste, por ejemplo, que hay entre el último y el primer violín; por la calidad, la limpieza de ataque y relieve de cada acorde orquestal, de una masa sonora orquestal en su conjunto excepcional."
Lo mismo que tu dices pero con otras palabras.
Mis besos hoy van al tempo del tic tac andante de la Sinfonía del Reloj que tanto te gusta (y a mi: coincidimos una vez más, ¡qué raro!) de papá Haynd que diría el llorado Fernando Argenta.
Papá Haydn, sí. Es cierto, lo de Oviedo es un lujo asiático, más teniendo en cuenta el limitado presupuesto con el que cuenta. En enero espero poder disfrutar de Don Giovanni en el Campoamor. Besos, cielo
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