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miércoles, 8 de mayo de 2013

La fotografía de Álvarez Bravo en la Fundación Mapfre


La Fundación Mapfre está haciendo un trabajo, a mi juicio espléndido, divulgando la obra de grandes maestros de la fotografía que en raras ocasiones podemos contemplar en Madrid. Recuerdo ahora las dedicadas a Imogen Cunninghan, Jitka Hanzlová o Lewis Hine, artistas cuya obra desconocía y que descubrí gracias a la iniciativa de la Fundación. A todos ellos los traje a Mi casa.












Cuando uno goza de una larga vida y la dedica con obstinación a dejar constancia de cuanto le rodea a través de una obra artística nos encontramos con documentos de valor incalculable, no solo como reflejos de la realidad, sino también como muestra de la evolución de las inquietudes artísticas de una época. Manuel Álvarez Bravo, fotógrafo mejicano, dedicó buena parte de sus 100 años de vida (nació en México D.F. en 1902) a mirar tras el objetivo de su cámara y ofrecernos su visión de la realidad.












La amplia exposición de su obra que nos ofrece la Fundación Mapfre hasta finales de mayo recorre toda su evolución artística. No me ha resultado fácil hacer una selección; me he dejado en el tintero imágenes poderosas, de una belleza y lirismo conmovedores.   Me ha parecido especialmente hermosa la serie dedicada al cuerpo femenino, que se muestra y se vela, impúdico y pudoroso a un tiempo.












También me impresionó esta fotografía, Obrero en huelga, asesinado, una obra de 1934, más cercana al fotoperiodismo. También le interesó la realidad popular mexicana, y retrató tipos y rincones dotando de significación poética cada imagen.















La hija de los danzantes, de 1933, sobre estas líneas. Y a su derecha, otra fotografía bellísima, de gran sensualidad. Pero quizá las dos obras que más me gustaron son las que os muestro más abajo. Los agachados, un título perfecto para una imagen brutal en su cotidianidad, cinco hombres, cinco trabajadores almorzando en la barra de un bar, me producen una enorme tristeza. Y, a la derecha, uno de sus primeros trabajos expuestos, perteneciente a su etapa constructivista, Tríptico cemento-2/ La Tolteca, de 1929.











11 comentarios:

  1. Ojos nuevos para los nuevos tiempos, miradas cargadas de renovada intención ante los nuevos significantes de las cosas cotidianas que ahora se nos revelan en su justa identidad. Toca limpiar los desvanes, arrojar al fuego los viejos maniquíes decapitados..., ver si entre tanto folletín y pliego de cordel hay alguna joya que rescatar de las telarañas. Y si vemos colgando de un clavo el viejo trabuco del abuelo, no caer en la tentación de llevarlo a la armería a que le corrijan el punto de mira dislocado: cinco dedos en cada mano, la férrea voluntad y la frente por ariete.

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    1. Te veo sensato y bienintencionado, con la rabia embridada. Parece que has tenido un día plácido. Yo hoy te recordé leyendo un precioso poema de Eloy Sánchez Rosillo, recordé la sensación que me produjo tu descripción de tu casa de aldea. Este es:
      ¿Cómo no estar conforme precisamente ahora
      -e incluso para siempre- con la vida,
      cuando el sol de esta tarde fría y azul,
      muy bajo ya, se adentra por mi casa
      y hasta el fondo penetra sin ningún titubeo
      y convierte a su paso cuanto toca
      en oro vivo y repentino, en oro
      que nada durará, pero que llena
      de compasión el mundo para mí en este instante?

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  2. Unas fotos muy buenas, otro buen descubrimiento que nos traes. Gracias. Un beso.

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    1. Yo tampoco lo conocía, y ha sido un descubrimiento. Es una exposición interesantísima, con fotos sorprendentes para la época. Te hubiera encantado. Un beso, David

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  3. I likes your pictures, senor, ans i linke two the movies of Gary cooper and moore and more and the andy war hole two to so much§

    conGRATULATIONS, and thanks so much!

    from kikies from...ALL OF YOU

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  4. No se me equivoque, mi Sol, no se deje engañar por lo aparente: no sé si sensatez pero lo que son las intenciones las tengo malísimas. Me cuesta, me cuesta mucho hablar o escribir sobre esta Farsa que vivimos sin que se me congestione la vena de la frente. Desde que comenzó esta deriva insoportable -en realidad navegábamos ya en ella sin darnos cuenta- vivo un desasosiego y me embarga una desazón que hacen de mí -a veces- un ser muy poco sensato y embridado..., al menos de pensamiento, que lo que es de acción bien poco puedo hacer. Y así, cuando toca divertirse o gozar de esa isba que a ti tanto te encandila, o cuando leo, o cuando voy al cine..., ocurre como con la infecta programación de la tele, que te introducen una cuña publicitaria cuando la cosa empieza a estar interesante: me asalta un pensamiento ingrato de alguna cosa leída o noticia de aquel día. Si ir más lejos, el martes pasado acudía yo a un concierto en el Evaristo Valle; era un programa precioso (un cuarteto de Mozart y "La trucha", de Shubert). Pues ocurrió que, durante la audición, interfirieron en mi pensamiento algunas ideas que deslucieron el disfrute de la música. Parece ser que estos malvados se nos cuelan hasta en los sancta sanctorum. Terrible.
    Y me empieza a decepcionar la atonía de la gente...
    Escribía yo esto hace unos días:

    "Sí, un pueblo de plantas. Conformamos enormes cuadros de hortalizas achaparradas, carentes del talle y del ansia de sol de las gramíneas. Bulbos enterrados y cogollos prietos de hojas anémicas, apenas unas pocas de ellas clorofílicas. Nos baban caracoles y limacos y la langosta, el grillo y la cigarra nos ponen encajes en la bocamanga. A veces nos bañan en purines y apestamos una temporada. Luego, llega el entresacar, el embalaje y el mercado.
    No se puede decir que sea gloriosa la biografía de las hortalizas: nos baban, nos muerden, nos echan mierda por encima... y nos venden en el mercado.
    Nada se sabe del lamento de la lombarda, de una imprecación de coliflor, de la resistencia del puerro, de la ira de la remolacha forrajera, del llanto de una lechuga, del descaro de la escarola...
    Somos unas pacíficas y nutritivas plantas, sí."
    Discúlpame, Sol, por estos excesos tipofráficos. Sé que los entiendes.
    Un beso y una flor de mayo.

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    1. Los entiendo y los comparto.Se ha podrido la tierra y nosotros, pobres hortalizas, nos hemos contaminado de su hedor. Poco podemos hacer, excepto elevarnos al sol cuanto podamos, cerrar los ojos y dejar que su calidez nos acaricie las hojas. No parece muy plausible cambiar la tierra a estas alturas de la estación. Pero al menos estamos vivos, eso ya es un milagro. Hace un día precioso en Madrid. Me voy a la calle. Sonríe. Un beso.

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  5. A estas alturas de la estación, habrá que cambiar la tierra. Muera la resignación.
    Y si no lo conseguimos, que al menos nos sea leve.

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    1. Ayer estuve en la asamblea del 15M de mi barrio. No seríamos más de dos docenas, en su mayoría ancianos. Desolador. Sin alguien que lidere el movimiento, estamos perdidos, y todo se reduce a manifestaciones que los populares se pasan por el arco del triunfo. Sí, estoy bastante desesperanzada.

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  6. Sí, Sol, si el !5-M siguiese haciendo ascos a colaborar con los partidos de izquierda y con los sindicatos (no me vale el término "progresistas", ambiguo donde los haya, además de la reciente experiencia), con vista a los próximos comicios, será una lamentable pérdida e tiempo y de recursos. El 15-M, per se, no es más que un exponente amorfo del malestar existente y carece de instrumentos que lo rentabilicen. He asistido a asamblea y he podido constatar lo verde que estaban algunos, además de las diferencias conceptuales existentes. Parece ser que es ahora, y en torno a IU, que comienza a fraguarse algo en este sentido. He de confesarte que mis simpatías ideológicas se encuadran dentro de estas siglas, también ellas con matices diversos.
    Soy algo pesimista a corto plazo pero optimista (histórico) a medio y largo. Porque hay cosas que no admiten demora (también histórica) y no se le pueden poner puertas al campo. Y si algún capataz iluso las pone, la manada las derriba y las pisotea. Sólo falta que la situación sea lo suficientemente crítica para ello. Que conste que no comparo a la gente con el ganado (aunque abunde); trato únicamente de englobar la peripecia de los colectivos humanos dentro de un mundo en el que todo tiene que ver con todo y en que cada cosa se parece más a las otras de lo aparente. En un mundo de apariencias cuesta creerlo, me consta.
    No te quiero dar el peñazo, Sol, con estas cosas; tu blog es un recoleto parque ciudadano, una mesa de café en donde los amigos se explayan y se sinceran (cuesta poco siendo entes anónimos, ¿verdad Sol?), pero que no conviene empecinarse con temas exclusivos porque, como tú has dicho, lo vital es disfrutar de este don inexplicable que se nos ha dado (?) y que es la propia existencia. Que no ha de ser tan ingrata para los de amplias miras, para los que viven sobrecogidos (y entusiasmados) por el hecho de vivir, para los que tienen siempre una pregunta que hacer cuando ven aún las cosas más insignificantes.
    Te dejo, Sol; voy a algo tan prosaico como es una comida que pone un amigo a base de...jabalí. Un bicho que cazó hace meses y que yacía congelado (pobrecito, snif) en un arcón frigorífico. No me gustan los cazadores, porque odio que se abata a un animal por placer. Pero a veces me ablando con ellos, sobre todo cuando, como ayer, compruebo que han hozado con el morro mi predio... Entonces comprendo que llevo dentro un cazador-recolector, moderado por la educación y el trato con las personas excelentes. Como tú eres, Sol.
    Un beso optimista ma non troppo. Forza, cara.

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  7. Yo también quisiera ser optimista, amigo mío. Lo intento, pero lo consigo con dificultad. Compruebo sobrecogida como han muerto las democracias, como se han convertido en máscaras de esos poderes económicos que siempre dirigieron el mundo y a los que pensamos poder controlar con el voto y la asunción de la clase media al poder. Qué ilusos! Pero si se pudo acabar con el feudalismo quizá logremos al menos contar con un tiempo en el que los intereses de la mayoría vuelvan a prevalecer sobre los de la aristocracia económica, solo un tiempito, eso sí. El necesario para que vuelvan a hacernos sus siervos.
    En fin, no quiero ser panfletaria, pero me arde la sangre. Disfruta de tu jabalí y de tu espíritu depredador, que siempre será más tierno que el reinante. Un beso enorme.

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