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sábado, 28 de septiembre de 2013

Elucubraciones

En la provincia de León, el tren en el que me dirijo a Asturias se detiene en mitad de los campos para dejar pasar a otro que va en dirección contraria. Por la ventanilla contemplo las piedras que alfombran el espacio entre raíles. Tienen más o menos el mismo tamaño y semejante morfología: aristas finas y ángulos puntiagudos; abundan las de tonos ocres, aunque también las hay blancas y grises. Me gusta su eclecticismo frente a la rigidez de los raíles, y me sorprendo pensando que el efecto resulta hermoso. Pero es evidente que no es arte, a nadie se le ocurriría calificarlo como tal.

Sin embargo supongamos que un artista de elevada cotización, mimado por crítica y público, expone en el MOMA de Nueva York una instalación que resultara un fragmento de esta vía, con sus piedras y travesaños. No me extrañaría nada que la crítica la aceptara y saludara como manifestación artística. Un cartel a su lado podría rezar: "¿Hacia dónde vamos?" o simplemente un "Sin título", y estaría justificada. De manera que ¿basta la intención para que algo sea considerado obra de arte?

Imagino que Duchamp estaría tan acostumbrado a ver y utilizar retretes como cualquiera de nosotros, pero solo consideró y fue considerado por los demás como objeto artístico cuando lo sacó del baño y lo colocó en una sala de exposición para la contemplación pública. Lo hizo con intención, y eso revolucionó el mundo del arte.

En estas tonterías pienso mientras el tren está detenido. Luego comienza a caminar y vuelvo a mi libro.


6 comentarios:

  1. arte... quizás se trate sólo de eso, de que "el efecto resulta hermoso"... y esa foto... que expones a la contemplación junto a la tontera de tus pensamientos... lo logra!

    cariños,



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    1. Gracias Monica. Os ofrezco unas tontunas vergonzosas y solo vuestra generosa mirada las salva. Un abrazo muy fuerte

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  2. ¡Hola Sol! ¿Tontunas vergonzosas? Recuerda que hablas de nosotros y que empezamos a ser legión los tontos vergonzantes. (¿Tan equivocados estamos, crees?). Si lo miras desde ahí, en un instante ¡te nace un trono! y te desdices. Personalmente, me han enamorado tanto la foto como tu comentario. Un abrazo de otoño

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  3. Eres un encanto, Mónica. En realidad, esa es la impresión que me han causado muchas instalaciones que he visto en museos y galerias, firmadas por artistas reputados. Confieso que me siento muy perdida ante muchas manifestaciones artísticas actuales. Un beso enorme.

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  4. Y entonces el tren se puso en marcha. Sol dejó apoyadas sus gafas sutilmente sobre la página cuarta de su libro y comenzó a transportar sus pensamientos a lo largo de la vía, como se dejaban llevar las ruedas de aquel tren, indolentes y en armonioso giro. El sonido del traqueto y aquel paisaje de prados tumbados, verdes y lánguidos, las montañas, antes imaginadas y ahora patentes como farallones al lado derecho de la catenaria, y una dulce nostalgia por notar ya cerca su tierra -siempre respiraba más profundamente al acercarse- la llevó a un dulce sueño.

    Y quizás sea ese el arte, dejarse llevar vía adelante, dulcemente, por un inocente pensamiento.

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    1. Dejarse llevar dulcemente por la vida..... Ojalá, verdad? Gracias, Enrique. Un abrazo muy fuerte

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