Durante una conferencia celebrada por el fotógrafo Emmet Gowin (del que os estoy hablando estos días) en la Universidad de Princeton, manifestó: "Schopenhauer escribió un gran ensayo sobre la apariencia de la intención de la vida. Afirma que cuando se llega a cierta edad y se mira hacia atrás, se ve todo lo que estructuró la vida y lo que ocurrió realmente por casualidad -que nunca se habría podido controlar de ningún modo-, y sin embargo en retrospectiva parecen los capítulos de nuestra historia ¿Quién escribió esa historia?, se pregunta. Y mi sensación coincide con lo que Sommer os diría: "Es lo que se hace cada día, del modo más sencillo, lo que cuenta. Lo importante es la calidad de la atención que prestamos a las cosas y usarla para la aceptación y no para la negación".Es una mentalidad totalmente diferente, es la mentalidad que nos hace doblar las esquinas y nos abre las puertas y los ojos. Esta noche quería empezar citando el Evangelio de Tomás: "Conoced lo que está a la vista, y lo que está oculto os será revelado".
He querido traeros estas líneas, que extraigo del catálogo de la exposición organizada por la Fundación Mapfre este verano en Madrid, porque creo que sintetiza perfectamente la intención y la mirada del fotógrafo. Al menos, esa impresión tuve yo al contemplar su obra. La cita que recoge pertenece a su amigo Frederick Sommer.
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