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viernes, 16 de julio de 2010
Julio Llamazares. La lentitud de los bueyes
Hay racimos de soledad en tus manos, desposesiones más antiguas que la sangre.
Huyen los años de tus ojos como bandadas de cometas por las plazas maduras. (Sólo quedan los bueyes rumiando su tristeza.)
Has conocido, entre gravillas de silencio, el sabor amarillo de mis pasos, el humo indescifrable de las brasas sin tiempo.
Nunca mi lejanía se amasó con barro, pero puse en tu boca las yemas más quemadas y los besos más lentos. Nunca mi lejanía se espesó hasta tu cuerpo.
Como una fuente vieja, azul desde su olvido, arrinconaste el miedo en arcas inviolables.
Ni siquiera el dolor estalla entre tus labios. Ni siquiera la antigua, la salada tristeza de mis besos.
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He tenido la suerte de leer casi toda la obra de Julio Llamazares, obra de una sensibilidad exquisita. (Es uno de mis seis escritores preferidos, junto con Homero, Virgilio, Matsuo Basho, Edgar Allan Poe y Fredric Brown)
ResponderEliminarPor lo que respecta a La lentitud de los bueyes, resulta de una belleza estremecedora y profunda.
Fue la primera obra que leí de J. Llamazares; y la leí de casualidad, porque cuando la leí no conocía de nada a este escritor. Iba yo recorriendo las estanterías de poesía de una librería y atrajo poderosamente mi atención un título tan sugerente y bello como: La lentitud de los bueyes. No pude comprármelo porque, en aquel tiempo, yo era estudiante y andaba muy corto de dinero. Pasaron unos años, y ya ni me acordaba de ese título, cuando, otra vez por una bella casualidad, me lo encontré en otra librería (de una ciudad diferente). En esa ocasión, me pude permitir el lujazo de llevármelo a casa y disfrutarlo.
Llamazares es el buen remendador que actúa en los caminos más profundos y sinceros de tu esencia, la más pura; que toma prestada sin darte cuenta tu estructura innata, todo lo oculto que llevas en el alma desde tu propio nacimiento, para después devolvértelo en forma de sentimiento.
ResponderEliminarGracias a un poeta conocí a Julio Lamazares. Al parecer en México se le lee muy marginalmente, lástima. A mí su palabra arcana me ha llegado tanto. Gran gran descubrimiento para mí.
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