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domingo, 8 de septiembre de 2013

La sucesión de Mortier al frente del Teatro Real

Una prueba más del chauvinismo  y  paletez del gobierno, empeñado en devolvernos a la España de charanga y pandereta, la España del grandonismo y la gomina. Leo en el diario El País una entrevista a Gerard Mortier, uno de los mejores gestores culturales del mundo, con el que tenemos la inmensa fortuna de contar en la dirección del Teatro Real de Madrid y al que debemos  muchos montajes extraordinarios, hasta ahora más propios de otros lares que de la escena madrileña. Pero todo lo que suene a riesgo, creatividad y renovación se da de bruces con la pacatería pequeño burguesa de la clase dirigente, más proclive a  hacer las cosas "como Dios manda" y tal como se han hecho "de toda la vida". Si a eso unimos su proverbial afición a meter mano en toda clase de asuntos, incluidos los culturales, a los que por otra parte temen y desprecian a partes iguales, el escenario está servido. Que con Wert a la cabeza de la política cultural de este país el tiempo de Mortier al frente del Real estaba amortizado, lo temíamos muchos. Según se desprende de sus declaraciones al diario, el gobierno pretende sustituirlo por un español. Quiero decir: su condición de compatriota se antepondría a cualquier otra consideración o mérito. Con la finalidad de dar continuidad a su proyecto, Mortier propone seis nombres avalados por brillantes trayectorias: Serge Dorny, actual director de la Ópera de Lyon; Viktor Schoner, director artístico de la Ópera de Munich; Alexander Neff, director de la Ópera de Canadá; John Berry, director artístico de la English National Opera; Pierre Audi, director de la Ópera de Amsterdam; y Bernd Loebe, director de la Ópera de Francfort. Ningún español, como veis. Sostiene Mortier que así como nuestro país cuenta con directores de museo excelentes, al no poseer tradición operística no posee gestores de suficiente nivel para el proyecto de renovación que ha venido desarrollando.Y anuncia que, en el caso de que el gobierno le imponga un sucesor, abandonará el Real con carácter inmediato.
En esas estamos. Me temo que debemos ir poniéndonos en lo peor. La ignorante soberbia de nuestros próceres verá el camino expedito para librarse de él y colocar a alguien de su gusto. Volveremos a las óperas barrocas y los directores de escena convencionales. Adiós a los Haneke. Apaga y vámonos.

2 comentarios:

  1. Dalo por perdido, querida Sol, lo foraneo siempre les ha dado picores a estos werts, no vaya a ser que les saquen los colores de su estrechez. Y nosotros a resistir hasta que vengan tiempos mejores y se vuelvan a abrir las amplias alamedas.

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    1. Hemos resistido tiempos peores (aunque bien es verdad que éramos más jóvenes e ilusos), así que estos tiempos de vulgaridad no podrán con nosotros. Besos, David

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