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jueves, 3 de febrero de 2011

Las Palmas de Gran Canaria, su luz

Mientras toda España tirita de frío, Las Palmas de Gran Canaria me recibe con un día luminoso. Hace años que visito regularmente la isla que ya forma parte de mi paisaje afectivo y siempre se repite esa alegría íntima que siento cuando veo dibujarse el perfil de Las Palmas en el horizonte. Luego, el recorrido por los lugares de siempre, comenzando por la playa de Las Canteras. Soy del norte y vivo en Madrid; mi añoranza del mar me trae en volandas hasta esta playa en la que me encuentro con un mar tan diferente a mi Cantábrico, pero igualmente hermoso.












Las Palmas, a diferencia del sur de la isla, no está invadida por los turistas. Es una ciudad cosmopolita donde gente de diversa procedencia, fundamentalmente del centro y norte de Europa, se refugian los meses de invierno. Pero viven la ciudad, no disfrutan sólo de la playa. Y muchos africanos, con sus llamativos vestidos. Mezcla de razas, mezcla de culturas.












Me gustaría haber conocido la ciudad cuando todas las casas del paseo de Las canteras eran como las que os muestro a la derecha. El boom turístico de los años sesenta cambió el perfil de nuestras playas, sustituyéndolas por esos detestables bloques despersonalizados. Una lástima.























Pero la ciudad guarda aún rincones deliciosos, como Ciudad Jardín, con sus estrechas calles bordeadas de palmeras, las buganvillas rebosando las tapias, los jardines borrachos de vegetación y las casas encaladas. Este es mi barrio cuando visito Las Palmas, conozco sus rincones, recorro estas calles cada mañana camino del Paseo Marítimo.























Un atardecer nuboso encuentro esta pintada en el murete del paseo, cuando poco antes, en una reunión de amigos, reivindicábamos el llamamiento que fue uno de los eslóganes del Mayo del 68. También aquí la playa se encuentra bajo los adoquines. Y más casualidades: esa noche termino la lectura de El sueño del celta. En sus últimas páginas Vargas Llosa nos cuenta la visita de Roger Casement a Las Palmas: "Al tercer día de estar en la ciudad de Las Palmas salió, después de cenar, a dar un paseo por los alrededores del puerto, un barrio lleno de tabernas, bares y hotelitos prostibularios. En el Parque Santa Catalina, vecino a la playa Las Canteras, luego de explorar el ambiente, se acercó a dos jóvenes con aire de marineros a pedirles algo."













La mañana de mi marcha diluvia sobre Las Palmas, pese a lo cual me acerco a la playa a despedirme del mar. Comienza la nostalgia. Han sido días de charlas, paseos y buena compañía. Las ciudades se tiñen del color de los amigos, y esta isla es toda luz para mi.

3 comentarios:

  1. La luz eres tu, Sol. También yo soy un poco visitante en Las Palmas y aunque esos días lloviera como nunca, vi la isla a través de tus ojos. Una nueva perspectiva que te agradezco.

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  2. Demasiadas añoranzas: el Cantabrico, el mar, el sol, el calor. Hay veces que pesa más la añoranza que la vida. Felicidades por descansar del hielo de Madrid.

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  3. Si que bonito era antes el Paseo de las Canteras, bonitas fotos y felicidades por tu Blog.
    https://www.facebook.com/enlaspalmas

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