Hace unos días os comentaba la película Cisne negro. Ayer sábado, el diario ABC publicó un artículo firmado por Juan Manuel de Prada en el que recoge sus impresiones sobre el filme, escrito con su admirable pluma, que siempre me fascina aunque no siempre esté de acuerdo con sus tesis. No es este el caso: suscribo sus palabras en su totalidad. Reproduzco parte del artículo.
" (...) ¿Y Cisne negro? Cisne negro es desazonante, delicadísima, turbia, primorosa, sórdida, de una poesía herida de abyección, de una abyección redimida por la poesía. Es una película de una belleza funeral, por momentos pútrida, que infiltra su veneno en el alma. En el frontispicio de su película, Aronofsky podría haber recuperado aquella frase del prefacio de Música para camaleones: «Cuando Dios le entrega a uno un don, también le da un látigo; y el látigo es únicamente para autoflagelarse». De esto trata Cisne negro: de la naturaleza saturnal de la creación artística, que devora a mordiscos a sus mejores hijos; de ese lecho de ortigas lindante con la locura, abonado de traumas, frustraciones y angustias inconfesables, que misteriosamente brinda un fruto de belleza... a costa de matar lenta y dolorosamente a quien lo cultiva. Porque el arte nace del dolor, se alimenta del dolor y, más allá del disfrute estético que pueda depararnos, nos transmite un eco de ese dolor, tanto más vívido cuanto más auténtico es. La bailarina de ballet interpretada por una sublime Nathalie Portman necesita ese dolor para seguir viviendo (para seguir muriendo) cada día; y, a medida que bucea en ese dolor, en su afán porque su creación sea más hermosa, se adentra en infiernos que creía a buen recaudo: trastornos alimenticios, miedos sexuales, pulsiones esquizofrénicas. Hasta descubrir, al fin, que en ese infierno se encuentra ella misma, o su reverso oscuro; y una vez liberado ese reverso oscuro, una vez traspasada esa última aduana de la locura, las dentelladas del dolor serán tan hirientes (y tan gratas) como el abrazo voluptuoso y exultante con la belleza; un abrazo que a veces mata.
Cisne negro adolece, ciertamente, de alguna truculencia gorey algún exceso psicoanalítico prescindibles; pero es una película que emociona y conturba a partes iguales, que acaricia como el vilano y muerde como la espina. Es algo así como un búcaro en el que se corrompe una flor hormigueante de gusanos. Tal vez una obra maestra."
¿En serio es tan bueno retorcer tanto el texto?, ¿Hace eso mejor al escritor? Sinceramente, estando de acuerdo con la esencia de lo que dice,
ResponderEliminareste hombre a la hora de escribir me parece insufrible. Dicho sea desde el respeto y desde la ignorancia de quien no cobra por escribir, por supuesto.
Una realidad sobre las perturbaciones que muchas personas sufren,como dijo su director tu misma eres quien impide que seas la mejor y solo cuando se libero de ella o de su obstaculo logro ser lo que queria.la actuacion de Nathalie Portman me parecio excelente,buenisima pelicula, pero es horrible vivir con esos tormentos de la mente.el ballet estuvo excelente.
ResponderEliminarAcabo de ver Cisne negro en vídeo. Dios mío, me fascinó... Tanta tristeza, tanta locura... Me fascinó. La crítica de mi admirado Juan Manuel, que había leído meses atrás, es una obra genial, igual que la película.
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