Los cuatro elementos es el título de esta obra de Alexander Calder que vemos ante la fachada del Museo de Arte Moderno de Estocolmo. El museo se encuentra en la isla Skeppsholmen (isla de los bosques), al este de Gamla Stan, una preciosa isla muy arbolada que, por su posición estratégica a la entrada de Estocolmo, se convirtió en sede de varios edificios militares, hoy en desuso, y algunas edificaciones de gran belleza e interés.
Cuando llegué, minutos después de las seis de la tarde, acababan de cerrar el museo, de manera que me fue imposible visitarlo. Tenía especial interés en contemplar El sueño de Guillermo Tell, de Dalí, pero me tuve que conformar con pasear por la isla y, eso sí, disfrutar de la espléndida ampliación del Museo, obra de 1998 a cargo del arquitecto español Rafael Moneo, y de las esculturas que jalonan el jardín que le precede.
Björn Lövin firma esta obra, Leninmonument 13 abril 1917. Se trata de un escultor sueco, al que desconocía, experto en la creación de ambientes, que participó junto a los artistas Silvert Lindblom y Ulrik Samuelson en una exposición organizada en 1974 titulada "A la memoria de la época". Tres años después, con motivo de una muestra en la Casa de la Cultura de Suecia que abarcaba el periodo comprendido entre 1900 y 1920, creó cinco ambientes, uno de los cuales es este Monumento a Lenin. Junto a la placa informativa de la pieza, se encuentra esta fotografía, que parece indicar la calle que el artista representa en la obra. No he podido encontrar más información sobre ella, pero quiero ofrecérosla porque el efecto es muy impactante.
Muy cerca del Museo, este conjunto de piezas de Catherine Marie-Agnes Fal de Saint Palle, más conocida como Niki de Saint Phalle, escultora francesa conocida por su serie "Nanas" de la que forma parte la pieza escultórica más grande de la historia del arte cuyo tema es el cuerpo femenino. Ella, tal es el título de la escultura, se mostró en una exposición en 1966, y el escándalo fue tal que la muestra tuvo que ser clausurada unos días después de su inauguración. La veis en la fotografía siguiente.
Además de su tamaño, la pieza tenía la singularidad de permitir la entrada a los visitantes a través de su vagina. En su interior, una estancia mostraba curiosidades mientras por una escalera se accedía al vientre de la escultura.
Como veis, sus obras, alegres y coloristas, pueden recordar a algunas piezas de Joan Miró.
El conjunto fue realizado junto a su marido, el pintor y escultor suizo Jean Tinguely, conocido por sus piezas de arte cinético y porque, junto a su mujer, llevó a cabo en 1982 la Fuente de los autómatas, que hoy puede contemplarse al lado del Museo George Pompidou, en París. Os la muestro a continuación.
Y me despido de esta ciudad con la tristeza que siempre produce alejarte de la belleza.
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