"Como una apisonadora, el discurso de la austeridad se había impuesto a la sociedad. Izquierda y derecha juraban por ella y la convertían en el recurso ideológico para encubrir su incompetencia. Pero pasan los meses y no se ven por ninguna parte los beneficios de esta estrategia ni los resultados de las reformas que la acompañan. Al revés, se nos dice que la situación todavía empeorará, que el crédito no llegará y que los salarios seguirán a la baja. Todos somos culpables, dicen. Todos hemos vivido por encima de nuestras posibilidades, todos debemos asumir nuestras responsabilidades. Un discurso obsceno: porque pretende poner en el mismo nivel a los ciudadanos y a los que dieron unos créditos de alto riesgo, con el apoyo del enorme sistema de propaganda y persuasión de que disponen. Y porque, además, los que pusieron en marcha la quimera del préstamo siguen en su mayoría en sus puestos y se han autopremiado por el desastre provocado con suculentas recompensas en bonos y otras prebendas. Por ahí se ha empezado a romper el hechizo.
Ante tanto abuso, el tabú ha empezado a resquebrajarse. La gente sigue teniendo miedo, pero ha empezado a perder el respeto. Ahora, a nadie le sorprende oír que la doctrina económica sobre la que está montada la ortodoxia política sabe mucho de grandes cifras, pero nada de economía real. Del mismo modo, cada vez es más usual que la gente se pregunte lo que el discurso de la austeridad esconde: ¿cómo se puede conseguir que una economía se recupere si lo único que se hace es recortarla por todos lados? ¿A quién beneficia este juego cruel? Creo que el caso de Grecia representa el principio del final del engaño. ¿Cómo nos podemos fiar de quienes imponen unas medidas de rescate que todo el mundo sabe que son imposibles de cumplir?".
Estas líneas forman parte de un artículo de Josep Ramoneda publicado por el diario El País el 26 de junio de 2011
Es como decidle al pez que pica el anzuelo que es culpable de glotonería, las sociedades deben crecer para ser mas respetuosas con el medio ambiente, mas sensibles con los problemas de los demás y con más ganas de descubrir y hacer cosas para mejorar el mundo, pero solo pensamos en seguir creciendo"osea ser mas ricos".
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