"La abstracción en la realidad", de José Manuel Ballester

Su obra mereció el Premio Nacional de Fotografía 2010. En una entrada anterior os hablé de su trabajo Espacios ocultos, un conjunto de fotografías de pinturas clásicas a las que Ballester despojaba de presencia humana, dejando desnudos los escenarios, recreando una nueva realidad. Estos días expone en la galería Alcalá 31 de Madrid, bajo el título La abstracción de la realidad, medio centenar de obras inéditas.













"Las fotografías reunidas en La abstracción en la realidad son ejercicios de aproximación a la geometría abstracta. Muestran una especie de frontera entre abstracción y figuración, dos lenguajes opuestos pero muy interrelacionados entre sí. La idea es ver como esa frontera habitual en el mundo del arte no es tan rígida, que abstracción y figuración no son independientes, sino que cada lenguaje necesita de su opuesto", manifiesta el fotógrafo en una entrevista publicada en El Cultural del diario El Mundo.











Protagonizan la exposición interiores arquitectónicos, fundamentalmente de museos y espacios culturales vacíos o en obras. Predominan los grandes formatos y, aunque cuelgan algunas fotografías en color, con un cromatismo brillante y saturado, me han gustado mucho más las realizadas en blanco y negro, especialmente las netamente geométricas, de líneas puras, en las que la luz es la principal protagonista.











La intersección de tres líneas al formar una esquina; el punto de fuga de una pasarela al dibujar una curva; el haz de luz que entra por un ventanal iluminando una pared desconchada; una sucesión de ventanas en una habitación desnuda. En algunas fotografías, blanco sobre blanco, matices de luz.











Quién podría reconocer, en estas imágenes, interiores del Museo del Prado, el Teatro Real, la Ciudad de la Cultura de Galicia, el MoMA, el Museo Reina Sofía o el Rijksmuseum de Ámsterdam?











No he podido encontrar en la red las fotografías que más me gustaron, y cuando intenté hacerlas yo misma un vigilante me lo impidió. Solo me dio tiempo a hacer las tres que os ofrezco. También sentí no poder mostraros el recinto; la sala Alcalá 31, antiguo Banco Mercantil e Industrial, es espléndida, como lo es el edificio del que forma parte. Por la belleza tanto del continente como del contenido, merece la pena acercarse a la galería.