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sábado, 3 de septiembre de 2011

Volver a la rutina


De vuelta a casa, retomo mi rutina. Pocos lujos comparables a la rutina cuando está compuesta por elementos elegidos, no impuestos. Si la fortuna te ha bendecido con la facultad de organizar tu tiempo a tu antojo, fijar tus prioridades y ordenar tus intereses con total libertad a lo largo del día, la semana y el mes, poco más se puede pedir. Así que yo, que soy una privilegiada, hace tiempo que solo aspiro a que todo se quede como está.

A dios gracias terminó Agosto y con él el verano, porque no considero tal esta cola de 22 días que se extiende por Septiembre, aunque siga apretando el calor. Madrid recobra su ritmo, vuelve a ser la ciudad caótica y bullanguera que adoro. Reabren las tiendas, el gimnasio retoma su horario habitual, se estrenan películas, se inauguran exposiciones y los amigos vuelven.

Mi barrio ha salido del letargo agosteño. Han reabierto el kiosco de periódicos de la esquina, y el bar El Brillante, donde sirven los mejores bocadillos de calamares. En la plaza vuelve a tocar la banda de jazz a la hora del aperitivo. Todo está en orden. Visto lo cual, me voy a Asturias unos días. Necesito ver el mar.

2 comentarios:

  1. Hay que ser muy valiente para disfrutar de la libertad sin culpa, es un trabajo que requiere años, en mi caso al menos. Y mantenerse activo y no desbandarse es una tarea diaria. Parece que en cualquier momento puede saltar la rana...

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  2. Hay que huir del sentimiento de culpa como de la peste. Son reminiscencias "catolocoapotolicoromanas". Un abrazo, Carlos

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