"La acróbata de la bola", de Picaso, obra invitada en el Museo del Prado

Estamos de enhorabuena. Cuando faltan ya menos de dos meses para que el Museo del Prado reciba 160 obras procedentes del Hermitage de San Petersburgo, entre las que se encuentran el San Sebastián de Tiziano, El tocador de laúd de Caravaggio, El almuerzo de Velázquez o el San Sebastián de Ribera, además de La bebedora de absenta de Picasso y algunas bellísimas piezas de Malevich o Kandinsky; decía que cuando estamos en vísperas de contemplar un buen número de maravillas, el Museo Pushkin de Moscú nos presta, durante tres meses, La acróbata de la bola, uno de los cuadros más subyugantes de Picasso, para ser expuesto como "obra invitada" en la sala 60 del Museo del Prado.

Abril de 1905. Para pintar este cuadro Picasso utilizó una tela que ya había usado para El retrato de Iturrino, que no debió convencerle. Dos años más tarde se lo vende a Gertrude Stein quien a su vez se lo venderá años después al galerista alemán Daniel-Henry Kahnweiler. En 1913 pasa a ser propiedad del coleccionista ruso Ivan Morozov. Tras la revolución rusa acabó formando parte de las colecciones estatales y ocupó su lugar en el Museo Pushkin, de donde solo ha salido en dos ocasiones: en 1960 formó parte de la exposición que la Tate Gallery dedicó al pintor; y en 1971, cuando el Louvre organizó una gran antológica. Y ahora Madrid.


El cuadro ha llegado a Madrid acompañado por Irina Antónova, la octogenaria directora del Museo Pushkin desde 1961. En una entrevista realizada por la periodista Elsa Fernández-Santos para el diario El País, preguntada sobre el secreto para seguir al frente durante tantos años de una institución como el Museo responde. " Oído y paciencia. Oído para escuchar los sonidos del tiempo que nos toca vivir. Estar atenta, pero conservando tu propio punto de vista para no ir de un lado a otro empujada por ese mismo tiempo. Lamentablemente, hoy hay demasiados aficionados a las piruetas". Y añade: "A veces me digo que solo quiero irme al otro mundo después de haber vuelto a ver el brote verde de algo nuevo, algo realmente nuevo. Un Picasso que transforme esta realidad desde el arte, desde la belleza y la emoción humana. Pero la cultura de masas ha devorado todo. Ha bajado nuestro nivel. Aunque pasará. En solo una mala época. Y sobreviviremos a ella".