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martes, 19 de abril de 2011

Augusto Monterroso, "Lo demás es silencio"


"Mi mente era en esos días como la de una mosca que unas veces se hallara inquieta en el techo frotándose las manos, otras moviéndose ansiosa frente a la ventana sin decidirse a salir, otras pegada a la pared, inmóvil, como muerta y aparentemente ajena a los males de este mundo, y otras en cualquier parte, donde no es muy raro, si se fijan, que anden las moscas, excepto cuando están tristes o muy enamoradas y sin saber qué hacer, porque en esas circunstancias no se encuentran con el menor ánimo de salir a la calle, ni de quedarse por mucho tiempo en la pared, y mucho menos de ponerse a leer nada ni a oír música, pues esta u otra frase, tal o cual canción, lo que sea, les recuerda a la mosca que no vieron ayer y no pueden ver hoy, y en ese momento no están seguras de si esa mosca las quiere o anda con otra en el cine o en alguna fiesta de amigos comunes, feliz, sin pensar en ellas, y así cualquier cosa que lean o escuchen les recuerda a la mosca ausente y quién sabe si para siempre perdida, y por eso no pueden estarse quietas en el techo, en la ventana o en la pared, con el pensamiento fijo tan solo en su mosca, que ahora se andará paseando agarrada de la mano con otra, mientras ellas, sumidas en el abandono total, no son capaces de permanecer tranquilas un segundo, ni en el suelo ni en la pared ni en la cama ni en cualquier lugar o circunstancia de la vida, habiendo tantas moscas en la vida."

Así reflexiona el joven ayudante de don Eduardo Torres, Luciano Zamora, reciente enamorado de la joven Felicia, criada de los Alcocer. Estos párrafos pertenecen a Lo demás es silencio, de Augusto Monterroso, una delicia de lectura.

2 comentarios:

  1. Una observación sobre el fragmento.
    Creo que tiene una segunda intención, aunque la Literatura lo pretenda explicar todo.
    No he leido nada de este autor. Pero me he quedado con una duda. ¿Porqué al final sugiere que hay muchas "moscas" en el mundo? ¿Quizá las "moscas" sean demasiado inquietas como para permanecer demasiado tiempo al lado de otra "mosca"?
    En fin, creo que la metáfora no convence. Al menos a mi no me parece acertada. No me parece un buen párrafo, ni mucho menos una gran reflexión.
    La inquietud, la desesperación, el desasosiego, el recuerdo, el amor perdido, la añoranza, la búsqueda de la belleza y del deseo no combinan nada bien con la imagen de "las moscas". Y mucho menos pensando que en la vida "hay tantas moscas". Es cierto, las hay, pero no tantas que merezcan la pena, como pretende decir Monterroso.
    Un saludo muy cordial.
    David.

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  2. Sin ofender, pero creo que no es como lo entiendes

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