Jueves Santo. Con independencia a las creencias religiosas de cada cual, hoy tienen lugar en la mayor parte de las ciudades españolas una serie de ritos religiosos cuya vertiente cultural siempre me ha fascinado. Los "pasos" recorren las calles paseando algunas de las tallas más maravillosas de nuestra imaginería. A su paso se desbordan las emociones.
La impresionante figura de Cristo cargando con la Cruz sale de la capilla anexa a la Iglesia parroquial de San Lorenzo Mártir, donde tiene su sede la Hermandad del Gran Poder, un pequeño edificio neobarroco de planta circular con un atrio rectangular, inspirado en el Panteón de Agripa de Roma. El Cristo, del más puro estilo barroco sevillano, es una de las obras capitales del escultor Juan de Mesa, al que se deben un gran número de las mejores tallas barrocas españolas. Mide algo más de 1,80 cm. de altura y fue realizada en pino del Segura y cedro en 1620.
Su cara es de una expresividad sobrecogedora, en su gesto toda la pesadumbre y el sufrimiento del mundo. Una belleza. Ves su figura acercarse, meciéndose sobre los hombros de los costaleros, el cielo oscuro, la luz de las antorchas, el olor a cera y azahar, el silencio solo roto por el run run de los hábitos de los nazarenos y, de repente, alguien se arranca a cantar una saeta. Estremecedor.
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