Dos horas y cuarto de película son demasiadas incluso para contarnos las peripecias del terrorista Carlos, el mítico Chacal que trajo en jaque a los servicios de inteligencia occidentales los últimos 25 años del siglo pasado. La película, dirigida por Olivier Assayas e interpretada por Edgar Ramírez, resulta interesante, incluso entretenida, durante la primera hora de proyección. Después le falta ritmo y le sobran metros.
Ilich Ramírez Sánchez (tal es la verdadera identidad de Carlos) fue el terrorista más buscado del mundo. Revolucionario de extrema izquierda, mercenario a sueldo de los servicios secretos de varias potencias de Oriente Medio, operó en diversos países durante las décadas de los 70 y los 80, hasta que en 1994 fue capturado en Jartúm, Sudán. Desde entonces, cumple cadena perpetua en una cárcel francesa.
La película, en manos del director adecuado, hubiera resultado un triller apasionante. La personalidad del terrorista, los distintos escenarios por los que se movió, los intereses políticos y estratégicos de aquellos días habrían sido merecedores de mejor trato. No es de extrañar que el protagonista de la historia hiciera estas declaraciones desde su cautiverio en Poissy: "Las escenas que he visto me parecen ridículas. Se habla de terroristas y se les convierte en unos hombres histéricos que se ponen a disparar con sus metralletas, amenazando a la gente. Nada fue así. Había gran profesionalidad, se trataba de comandos muy preparados y no de una película".
Os dejo el trailer.
No hay comentarios:
Publicar un comentario