

El arquitecto se ha manifestado "consternado, indignado y furioso" en declaraciones al diario británico The Telegraph. "Quieren poner París en formol. Es bastante patético", asegura. Los vecinos sostienen que el edificio rebasa las alturas permitidas en la zona y no deja de ser una masa de cemento y cristal en medio de un espacio tan protegido y emblemático como el bosque de Boulogne. Desde luego, según el proyecto se alzará 20 metros por encima de los árboles: 12.000 metros cuadrados y 46 metros de altura. Los vecinos aseguran que en París sobran museos y faltan árboles. Quizá tengan razón, y se podría encontrar para el museo un enclave que no sacrificara zonas verdes. Pero sería una pena que, por una u otra causa, no se llevara a cabo el proyecto, hurtando así a los ciudadanos la posibilidad de disfrutar de una colección de obras de arte que se anuncia suculenta y de un edificio que, a buen seguro, será una joya. Recuerda al Guggenheim de Bilbao, pero lo que aquí es solidez allí será ligereza. Gehry dice haberse inspirado en las nubes. Esa impresión da, desde luego. Una belleza.
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