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miércoles, 28 de diciembre de 2011
"La tarea del traductor", por Miguel Morey
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"¿Qué dice una obra literaria? ¿Qué comunica? Muy poco a aquel que la comprende. Su razón de ser fundamental no es la comunicación ni la afirmación. Y sin embargo la traducción que se propusiera desempeñar la función de intermediario solo podría transmitir una comunicación, es decir, algo que carece de importancia. Y este es en definitiva el signo característico de una mala traducción". Así como el lenguaje de los hombres es aquel capaz de traducir a palabra el nombre mudo de las cosas, eco del lenguaje primordial, el traductor tiene como objetivo por su parte plasmar en la lengua de destino el pulso que late secretamente en el original, y no tanto como parangón más o menos adecuado cuanto como complemento necesario, exigido por el original para acabar de llegar a ser todo lo que puede ser. Porque lo que vincula al original con su traducción no son tanto las homologías formales que pudieran establecerse entre ambos cuanto el presentimiento común de un lenguaje puro que fuera a la vez nombrar, conocer y crear, esa fuerza que Benjamin convocaba al rememorar sus cuentos infantiles.
(...)
En pocos años hemos asistido a una velocísima reducción del conocimiento a información, a su ruda imposición como tal. Hace cuatro días se nos dijo que éramos la sociedad de la información y la comunicación, hoy, sin que apenas nada haya cambiado, somos la sociedad del conocimiento. Bien, lo único que ha cambiado es la conversión del conocimiento a la contabilidad de la información y su consiguiente disponibilidad como mercancía.
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Tengo a Miguel Morey por el filósofo más importante nuestro país. El haber frecuentado a pensadores tan importantes como de Michel Faucault y Gilles Deleuze, su conocimiento profundo de la obra de Nietzsche y también de Giorgio Colli de quién ha traducido algunos de sus libros son algunos de los indicadores de su itinerario intelectual.
ResponderEliminarSu comentario sobre lo que significa “traducir” es hermoso y merece ser tenido en consideración.
La fotografía del cuadro de Friedrich que queda al lado del texto es idónea para acompañar a un pensador que se ha imbuido de la lectura de Nietzsche.
Felicidades por la sensibilidad y gran variedad de temas de este blog
Muchas gracias por tu comentario, Josep María, y bienvenido a mi casa. Espero contar a menudo con tus aportaciones. Un abrazo
ResponderEliminarMi opinión del artículo confuso y mal escrito del Sr. Morey es ésta. http://spainstruck.com/basic-spanish/
ResponderEliminarOh My God! Mo
ResponderEliminarEstoy de acuerdo con Josep Maria, Miguel Morey es también para mi uno, sino el filósofo más destacado del panorama español actual.
ResponderEliminarSin embargo he vuelto a releer su artículo, después de haber leído la crítica de Mo y sinceramente, no me parece que tenga usted mucha perspectiva. Para empezar decirle que el artículo ni me parece mal redactado, ni tampoco confuso sino, erudito y dotado de una elegancia formal notable. Es cierto que su articulación rompe la narratividad más clásica a la que estamos acostumbrados y de la que quizás usted, sea defensora. Pero no por ello, puede acusarse tan aireadamente que su discurso sea oscurantista.
En fin, no me parece que tenga mucho sentido continuar visto que en su opinión despacha usted con desprecio la figura de quién para mi se hace respetar en cada escrito, traducción, obra o clase a la que he asistido. Como dijo Nietzsche cada uno tiene los pensamientos que se merece.
Suerte y saludos,
M. Mantovano