Me he quedado sin pulso y sin aliento
Me he quedado sin pulso y sin aliento
separado de ti. Cuando respiro,
el aire se me vuelve en un suspiro
y en polvo el corazón de desaliento.
No es que sienta tu ausencia el sentimiento.
Es que la siente el cuerpo. No te miro.
No te puedo tocar por más que estiro
los brazos como un ciego contra el viento.
Todo estaba detrás de tu figura.
Ausente tú, detrás todo de nada,
borroso yermo en el que desespero.
Ya no tiene paisaje mi amargura.
Prendida de tu ausencia mi mirada,
contra todo me doy, ciego me hiero.
Mil gracias Sol por elegir de pronto este poema, como el mago que aflora el as de oros de entre cuarenta cartas tan hermosas unas como otras. Ángel (Angelín):¡qué inmenso placer, que nadie me arrebatará, fue el de rendirte el gran homenaje en vida que merecías! Te fuiste, qué gran palo, pero tu voz permanece por siempre fresca e inquietante para los que amamos la poesía.
ResponderEliminarSí, fue una iniciativa fantástica. Hicisteis un espléndido trabajo. Un beso, José
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