La Alameda del Boulevard delimita la Parte Vieja de San Sebastián por su zona meridional, a partir de la que comienza El Ensanche. Es una calle preciosa que desemboca en el Puente de Zurriola. Al fondo, el Kursaal.
Os comenté en una entrada anterior que mi primera impresión del Kursaal, en la distancia, una mañana plomiza, no fue muy entusiasta. Sin embargo no tardé en descubrir el por qué de la admiración que despierta. De alguna manera me recordaron los cubos de hierro que hacía unos días había contemplado en el Guggenheim de Bilbao, dos espléndidas obras de Richard Serra de las que os hablé cuando os comenté la exposición que compartía con Brancusi. Cuando en 1989 se eligió el proyecto del arquitecto navarro Rafael Moneo (cuyo lema era "Dos Rocas Varadas") se justificó por "el acierto en la consideración del solar como un accidente geográfico en la desembocadura del río Urumea, por la liberación de espacios públicos como plataformas abiertas al mar y especialmente por la rotundidad, valentía y originalidad de la propuesta". Se descartaron los proyectos presentados por arquitectos tan ilustres como Mario Botta, Norman Foster, Arata Isozaki (acababa de ver en Bilbao el Isozaki Atea, del que os hablé en una entrada anterior), Juan Navarro Baldeweg y Luis Peña Ganchegi.
Al iluminarse los edificios, al atardecer, es cuando mejor se puede descubrir su singularidad y su belleza. Los dos cubos dispuestos sobre una plataforma se inclinan hacia un lado, y ese movimiento les dota de una ligereza sorprendente. Por otra parte me encantó el juego de cajas chinas proveniente de construir un edificio con dos pieles, una exterior de paneles traslúcidos de vidrios prensados sujetos a una estructura metálica, según nos informa Wikipedia, y otra interior de obra.
En estas dos imágenes veis las dos pieles a las que me refería y el conjunto de los dos edificios sobre la plataforma, dos "rocas varadas" en la playa de la Zurriola.
Palacio de Congresos, Auditorio, Sala de Música de Cámara, Salas de Exposiciones. Sede del Festival de Cine de San Sebastián. Un proyecto espléndido.
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