Sorolla y Granada

"La impresión de Sierra Nevada es algo que no se olvida", escribió en 1902 Joaquín Sorolla a su mujer. Era la primera vez que viajaba a Granada y el efecto que la ciudad le causó le animaría a volver hasta en cuatro ocasiones, siempre en invierno. En total no permaneció en la ciudad más de un mes, y sin embargo pintó un total de 46 cuadros.














Pintaba compulsivamente, aterido de frío, bajo la lluvia. En noviembre de 1909, en febrero del año siguiente, Sierra Nevada se mantenía día enteros oculta tras las nubes. En cuanto salía un rayo de sol colocaba su caballete y trataba de captar esa luz que solo tiene Granada. Fijaros en los dos cuadros sobre estas líneas. A la izquierda, Higueras del Generalife, firmado en 1910. A la derecha, Torre de los Siete Picos de La Alhambra, de 1919. El primero huele a frío y humedad, la luz envuelve el paisaje en melancolía. En cambio en el de la derecha ha salido el sol y brillan, cálidos, los perfiles de la Alhambra.


















"La sierra está cubierta y yo no quiero salir de Granada sin hacer algo de ella, pues es cosa maravillosa", escribía el 24 de noviembre de 1909 a su mujer. Espiaba el cielo y aprovechaba el tiempo, de ahí la técnica veloz que se observa en los cuadros que dedicó a la ciudad andaluza. Por este trazo espontáneo, certero, amplio, me encanta esta colección. Da la impresión de que estuviera enfebrecido y, enamorado de un rincón, o de un paisaje, se apresurara a apresarlo en el lienzo y, en cuanto sintiera que ya había captado esa luz, esa atmósfera, corriera hacia el siguiente. Ni una pincelada más que las estrictamente necesarias.

















Calle de Granada, arriba a la izquierda, pintado en 1910. En 1917 pintaría el Patio de la Alhambra y el Patio de la Alberca. Le enamoró la Alhambra. Y el Generalife le inspiró el diseño de los jardines de su casa de Madrid, de los que os he hablado en otras entradas. Siempre merece la pena acercarse a la Casa Museo de Sorolla y ver la espléndida colección permanente que muestra, pero estos días podemos también disfrutar de una selección de los cuadros que pintó en Granada, con cuya vista cierro este comentario. Una colección hermosísima.