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miércoles, 2 de febrero de 2011

Javier Gomá Lanzón, "Lo quiero todo"


"(...)En determinado momento comprendí que adaptarse implica desarrollar un genuino arte para administrar las expectativas humanas mientras se envejece manteniéndolas en su punto justo de estabilidad, sin ceder a la presunción ni a la desesperación, y arreglándolas permanentemente a los límites dados. Presté atento oído a la voz de la prudencia que me apremiaba a hallar ese equilibrio entre el ya y el todavía no en el que discurre el cauce de la vida de los mortales y traté durante muchos años de sustraerme a cuanto pudiera escorarme a uno de los indeseables extremos, donde veía compendiados todos los peligros imaginables. Bien mirado, ese áurea mediócritas que pondera Aristóteles en su Ética está edificada sobre una sucesión de contraposiciones entre extremos a los que hay que renunciar para elegir siempre un austero término medio. Y, disciplinadamente, yo hice mis elecciones: elegí casa, elegí oficio y me busqué una posición en el mundo.

Y entonces me ocurrió lo que dice determinado personaje de una novela de Jane Austen: que "por haberme comportado prudentemente en la juventud, me voy haciendo romántico con la edad". Por supuesto, no tengo intención ni mucho menos de renunciar a cuanto ya he elegido, ¡no tengo intención de renunciar a nada! Pero recuerdo que la gente me decía: "No lo puedes tener todo; tienes que elegir" y ahora estoy en condiciones de responder a la gente y responderme a mí mismo con potente voz: "No, no quiero elegir. ¡Yo lo quiero todo!". Ya no más dilemas, aporías, antagonismos, aut-aut kierkegaardianos, alternativas insuperables. Lo quiero absolutamente todo. Lo grande y lo menudo, la ebriedad y la rutina, la pasión y la felicidad, el placer y la virtud, la vulgaridad y la ejemplaridad, la vocación y la profesión, esta vida y la otra, la altura y el peso, la gravedad y la gracia, la ingenuidad y la lucidez, la experiencia y la esperanza, la altura y la profundidad, el norte, el sur, el este y el oeste, incluyendo, como leí en algún sitio, el "cuerpo" y el "arma", y todo ello hasta alcanzar el grado que indica el libro de Sackville-West: All Passion Spent. Ahora que ya estoy pasablemente adaptado al mundo, lo quiero todo sin renunciar a nada, aunque también -es importante añadir- sin presunción.

Y si, para conseguirlo, he de padecer la f Gomá Lanzónatalidad de algunos sufrimientos, los quiero a éstos también. Mejor dicho: no los quiero ni los invoco -hacerlo sería una jactancia muy semejante a la hybris- pero sí los acepto deportivamente porque quien desee comerse todo el canasto de las cerezas tendrá que conformarse con que unas se enreden con otras y que las más ricas se confundan con las más amargas. Si los gozos infinitos demandan penas infinitas, procuraré vivir estas últimas sin desesperación. Y cuando alguna vez esté al borde de caer en ella, para conjurarla recitaré como una letanía los divinos versos de Goethe: "Todo lo concede la Fortuna a su favorito, / por completo. / Los gozos, los infinitos; / las penas, las infinitas, por completo"."

Javier Gomá Lanzón, El País, 29 de enero de 2011

7 comentarios:

  1. Aunque también cabe decir que la renuncia es una elección; y cuantas veces hay que renunciar para poder vivir mejor.

    Saludos y salud, Eduardo.

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  2. La belleza y el buen gusto desaparecieron hace tiempo de esta sociedad. Necesitamos que vuelvan urgentemente, las estamos esperando con los brazos abiertos.

    Un saludo Fernando.

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  3. Vivimos en la renuncia permanente. Esperemos que nos quede la belleza y la pasión

    Un saludo. Fernando.

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  4. Hace bien en desearlo todo...La desmesura es la medida del creador
    (Pero resulta sorprendente en boca del autor de "Aquiles en el gineceo"...O tal vez no: es su perfecta antífrasis).

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  5. Siempre ,o casi siempre ,leo tus artículos y reflexiones...con los que me identifico en su mayoría. es un plecer enorme leerte y reflexionar sobre lo leido...Gracias.

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  6. Javier: ha sido un gusto encontrarle en el blog, enseño filosofía en Guatemala, Centro América, La universidad Mariano Gálvez de Guatemala tiene centros en cada uno de los departamentos del país (22) enseño en Amatilán, el municipio con el segundo lago más importante de Guatemala (el primero es Atitlán) he leido tus artículos publicados en El país, y leere este próximo fin de semana fragmentos de su artículo Dónde está la Gran Filosofía, manejo dos secciones de estudiantes del curso introducción a la filosofía (46 y 47 estudiantes respectivamente) y para el cierre del contenido precisamente hablamos del conocimiento ideal y de la necesidad de crear nuevas ideas, el artículo del 14 de marzo es un broche de oro. Culmino el ciclo el 1 de junio de 2013 y quiero saber si puede escribir algo para mis estudiantes del primer ciclo de Psicologia Clínica. en espera de su respuesta. Luz Maryssa Hernández

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    1. Querida Luz; siento informarla de que este blog no pertenece a Javier Gomá, sino a mí. Me he limitado a ofrecer a mis lectores un fragmento de un artículo escrito por Javier y publicado en el diario El País. Quizá él tenga su propio blog y puedas ponerte en contacto. Un abrazo.

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