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sábado, 16 de julio de 2011

Luis María Ansón


"La curiosidad por las vanguardias, por otra parte, termina en la tomadura de pelo. Me gusten o no me gusten, llevo interesándome desde hace muchos años por las expresiones artísticas más avanzadas. He disfrutado con muchas de ellas, pero no me pareció de recibo, por ejemplo, la de aquel cabroncete de Manzoni que metió sus excrementos en una lata y los expuso en diversas galerías como una obra de arte titulada Mierda de artista. Tampoco me parecen de recibo las pinturas de ese caballo, llamado Napoleón, que pinta según Sergio Caballero, el inventor de la tomadura de pelo, como De Kooning. Vargas Llosa dedicó al asunto unas palabras certeras: “El arte de nuestros días ha demostrado que todo puede ser bello o feo, e incluso ambas cosas a la vez, y que eso no importa un comino en el dominio del arte, a condición de que este sea divertido, sorprendente y, aunque sea por un momento, libere a los mortales del aburrimiento letal en que se ha convertido la vida”

A mí me parece bien que cada uno combata su aburrimiento como le plazca, incluso leyendo novelas de Baltasar Porcel, pero el arte está en otro sitio y hay que buscarlo allí donde la imaginación, la provocación, la innovación, el aliento creador, haga temblar la belleza. Tunga aprendió eso muy bien y se dedicó a arrojar cabezas al mar para plantar sirenas porque el arte, como el hombre, al decir del gran Cirlot, se encuentra entre dos fuerzas contrarias que lo solicitan: una es la belleza de la serenidad absoluta, la otra la fascinación del abismo."

Este texto es parte del artículo titulado Burdel de mierda, sin ternura, firmado por Luis María Ansón en el suplemento Cultural de El Mundo, el 24 de Junio de 2011.

3 comentarios:

  1. Todo es cuestión, sol pau, creo yo, de encontrar un buen marchante... o una buena marchante, que te ponga en telecinco, que ahí se refugia ahora la verdadera vanguardia de guardia.
    Saludos blogueros

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  2. Qué espanto, José Antonio. Confío en que no tengas razón...

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  3. Yo creo que el problema no es descifrar lo que es arte o no, lo preocupante es el precio que tienen algunas obras, la cajita con los excrementos dentro a mi personalmente me parece un atrevimiento y si lo consideran arte pues bien, pero su precio debe ser muy bajo, vamos que para mi no vale una mierda esa obra de arte, y perdón por la expresión y la redundancia.

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