!!! Bienvenido ¡¡¡

Gracias por entrar. Antes de irte, echa un vistazo y comparte con nosotros. Nos interesa conocer todo lo que quieras compartir. ¿Has hecho algún descubrimiento deslumbrante? ¿Una película, un poema, un cuadro, un disco? ¿Una ciudad, un paisaje? Ábrenos una ventana y nos asomaremos.

viernes, 22 de noviembre de 2013

Maya Plissetskaia: El Bolero de Ravel



Os ofrezco un documento de una belleza extraordinaria: Maya Plissetskaia bailando el Bolero de Ravel, con coreografía de Maurice Bejart. Infinitas gracias, José.

11 comentarios:

  1. No hay de qué, reina.
    Veo que no se abre el video por razones que desconozco. Os recomiendo acudir a YouTube y con la referencia "Maya Plisetskaya - Bolero (choreography by Maurice Béjart) podréis disfrutar de este portento de la danza, una de las mejores de la Historia, por cierto con nacionalidad española desde 1993.
    Mil besos en modo "obstinato" como corresponde al Bolero de Ravel.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Voy a intentar arreglarlo. Si no lo consigo, ahí está el enlace que nos ofreces. Gracias cielo. Devuelvo tus "obstinatos" besos

      Eliminar
  2. Pues yo, Sol, me formé para la danza en el ballet XXe Siècle de Maurice Béjart, en Bruselas. Hasta los diecisiete añitos trabajé duro y llegué a formar parte de algunas coreografías importantes: Príncipe Igor, Cascanueces...
    Conservo fotografías en las que luzco el palmito en unas mallas bien colmadas. Algunas de escorzos y vuelos son de notable virtuosismo.
    Aparezco maquillado como una drac queen (ojos muy perfilados de rimmel y pómulos al colorete). Así había de ser, porque la imagen del bailarín era un esterotipo que había que respetar.
    Tengo una en la que se ve a un Nureyev maduro pasándome el brazo por los hombros, sudoroso y aún jadeante yo tras el ensayo. Entonces no había reparado en ello pero no me gusta un pelo la expresión ávida y un tanto promiscua del gran bailarín.
    Desde que Béjart murió en 2007, lleva la compañía (BBL) en Laussane Gil Roman, el que había sido su director adjunto con menos de treinta años. A la muerte de Maurice B. siguió un período peligroso para la supervivencia del Ballet Béjart de Laussane, porque este dependía económicamente del Ayuntamiento de aquella ciudad, que sufragaba la compañia a través de la Fundación BBL y Gil Román hubo de crear una coreografía que convenciese de que se podía seguir confiando en él.
    Todo salió a satisfacción y hoy la nave va.
    ¿Que por qué a los diecisiete acabó la danza para mí? Unos ligamentos más débiles de los necesario me hicieron polvo.
    Ahora escribo en los blogs.

    PD.- Causa y culpa de mi lesión ligamentosa fue Alexei Fernández, un bujarrón bielorruso de padre español que me acosaba y que en una de mis huidas entre bambalinas provocó que tropezara con el cepo de cazar ratones, la caída y el esguince que me dejó cojitranco una temporada. Ya nunca más volví a poseer aquella fortaleza de tobillos que tanto me ponderaba Maurice. Y de lesión en lesión, hube de arrojar la toalla.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Me tienes completamente fascinada, Federico: eres un saco de sorpresas. No me digas por qué, me cuesta imaginarte con mallas y decorado a lo drac. Pero también en esto coincidimos (no en mallas y maquillajes, sino en el amor a la danza): siempre he pensado que yo debía haberme formado como bailarina y dedicado a ello. Desde niña me ha entusiasmado bailar, he necesitado bailar, y según me han dicho no se me daba mal. Aún sigo bailando sola por casa, como una loca. En fin. Besos.

      Eliminar
  3. ¿Acaso, Sol, es más creíble que mi tocayo el de Graná se hubiese llevado al río a una mozuela y que sintiera cómo los muslos de ella se le escapaban como peces sorprendidos? ¿Qué iba a hacer mi Federico con peces tan escurridizos?
    ¿Qué crédito tienen, Sol, los poetas andaluces que no merezca yo?
    Si digo que Vaslav Nijinsky se me apareció en sueños una tarde que sesteaba en una fonda del Born, muy cerquita de Santa María del Mar y de mis Ensueños, y me dijo : "Tú, efebo hermoso, has de ser mi heredero universal", ¿alguien me creería?
    Pues aquel sueño me obsesionó de tal modo que supliqué al Barón que me maticulara en un internado de jesuitas en Ostende. Lo cierto -y ello no deja de constituir un prodigio- es que papá accedió y un mes más tarde embarcaba en un paquebote con destino Amberes.
    Te ahorro los detalles, Sol, pero lo cierto es que ocho meses después pisaba servidor las tablas del salón de ensayos, se calzaba las zapatillas y daba los primeros pasos de la mano de Maurice Béjart. Fue en Bruselas, Tenía yo doce años .

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. ¡¡¡Qué gran bailarín (estoy segura) se ha perdido la escena, Federinjsky!!! Y qué gran fabulador la literatura. Sígueme contando, que me tienes subyugada como paxarín ante serpiente.

      Eliminar
  4. Se me hizo insoportable abandonar el BBL. Maurice me confortó y, con aquel su carácter fuerte y dominante, consiguió sacarme de la depresión que me aniquilaba.
    Discúlpame, Sol, por estos saltos narrativos que vengo haciendo, pero lo cierto es que, unos meses después, ingresaba en el Seminario de Notre-Dame de Namur, en la Valonia. Dos años y tres meses duró mi noviciado... Nos habían llevado a todos aquel verano de excursión a Brujas. Me despisté del grupo y fui solo a visitar a la Madonna de Miguel Ángel, que está en la Iglesia de Notre-Dame... Coincidí con un grupo de turistas españoles. Y entonces la conocí a Ella, que miraba con arrobo el divino mármol del toscano. Sus ojos claros y el cabello negro me cautivaron al momento. Pero sobre todo aquella actitud suya, recatada y soñadora. Se cruzaron nuestras miradas y..., y no tengo más remedio que hacer otra pirueta temporal y decir que un año después nos casábamos en Collado Villalba (bueno, en la iglesia de los Peñascales, para ser más exactos).
    De mi fe (¿la habré tenido alguna vez?) no queda ni el rescoldo. A la fe católica me refiero. La otra, la que espera que algún día salgamos del lodazal y dispongamos de nuestro tiempo para ocuparnos de las bellezas del mundo, como es esta maravillosa Madonna de Brujas, sigue incólume...
    He vuelto a Brujas y he vuelto a ver a la Madonna. Pero ahora tienen a la pobrecilla detrás de un cristal a prueba de balas. Es el signo de los tiempos. Sorrow.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Y yo creía haber vivido deprisa! Comparada contigo, mi vida transcurrió lenta como un río de aceite. Qué barbaridad, querido. ¿Y qué pasó después? ¿Os embarcasteis en el Orient Express y descubristeis a Agatha Christie con su amante en el Pera Palace? Cuenta, cuenta.

      Eliminar
  5. Hummmm..., a los guionistas no les suele gustar que los "lectores" les quieran influir en el desarrollo del guion. Pero dado tu interés, Sol, te diré que, con ocasión del décimo aniversario de bodas, decidimos regalarnos con un viaje a las Seychelles.
    Salimos de Barcelona en un avión de Kenya Airwais que nos llevó hasta Nairobí. De allí a la costa del Índico en dromedario (era un detalle del touroperador), hasta el puerto de Mombasa. Allí, tomamos una goleta artillada (por el piraterío de la zona) y zarpamos para Mahé.
    A mitad de la singladura y la altura del paralelo 12 N, nos atacó una lancha rápida pirata. Subió un comando a cubierta y nos despojaron de todo lo valioso que encontraron en el barco. Uno de los facinerosos, borracho y brabucón, se dedicó a empujar por la borda a los pasajeros, que caían al mar dando gritos desgarradores. Una de la víctimas fue mi adorada Penélope.
    Se fueron entre risotadas y disparos al aire de fusil y entonces corrimos a echar una zodiac al mar, para intentar rescatar con vida a los que consiguieron mantenerse a flote.
    Y la vi dando brazadas a veinte metros del casco del barco. Loco de alegría le arrojé un salvavidas atado a una cuerda de nylon . Conseguí atraerla hasta que casi tocaba el casco del barco. Y cuando iba a poner el pie en un tramo de la escalerilla de salvamento, el agua que se agita violentamente y las horribles fauces de un tiburón blanco emergen del mar para cercenar por la mitad el tronco de mi amada. Nunca voy a olvidar que pese haberse llevado el escualo la mitad de mi mujer, de su boca exangüe salió un: "Cariño, no me olvi..., glub".
    Llegado a este punto yo mismo me admiro del cuajo que tengo para contar en detalle una tragedia como la que viví en el Indico, a medio camino entre Mombasa y Victoria, en la isla de Mahé.
    Y luego que tenga que escuchar ironías de gente frívola que no comprende nada.
    Oriente Exprés te daba yo...

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Cuánto lo siento, ese "glub" se me ha clavado en el alma. Mi pobre...

      Eliminar