Hace unos días saltó a los medios de comunicación una noticia sorprendente: la policía investiga el robo de un millón y medio de euros de un convento cisterciense de monjas de clausura zaragozano. Según las religiosas, guardaban el dinero en un armario, dentro de tres bolsas de basura. Una noche, alguien entró y se lo llevó.
Cuando la policía se interesó por el origen del dinero, la superiora afirmó que era fruto de años de ahorro. Tal afirmación dejó atónitos a los agentes, ya que el convento cuenta con una veintena de religiosas dedicadas a la vida contemplativa, cuyos ingresos proceden de trabajos manuales como encuadernaciones y restauraciones. Resultaba poco probable que el ejercicio de estas actividades les hubieran generado tan pingües beneficios.
Todo empieza a cobrar sentido cuando la policía descubre que una de las monjas es Isabel Guerra, pintora hiperrealista, cuya obra se cotiza muy bien en el mercado del arte. Su última exposición tuvo lugar en 2005 en la galería Sokoa de Madrid, una prestigiosa sala del centro de la ciudad especializada en pintura realista. Sus dibujos se venden al menos a 2.500 euros y los cuadros desde 40.000, desde luego precios no aptos para todos los bolsillos.
"Mientras la ciencia tranquiliza, el arte perturba", afirmaba Braque. No encuentro ningún elemento perturbador en la pintura de Isabel Guerra. Muy al contrario, tanto la temática como el tratamiento de su pintura resulta bastante convencional, cercano a la "pintura de almanaque". No es un tipo de obra que despierte mi interés, pero comprendo que tenga su público. Si la traigo a mi blog es porque el caso no deja de ser chocante.
Lo que no se le puede negar a la monja pintora es oficio y dominio técnico. Su temática es amable: escenas costumbristas, retratos, bodegones. Guerra es Académica de Honor de la Real Academia de Bellas Artes de San Luis y Académica Correspondiente de la Real Academia de Bellas Artes y Ciencias Históricas de Toledo. Según informa Concha Montserrat en el diario El País, a la muestra retrospectiva realizada en el año 2000 en Aragón asistieron más de 100.000 personas.
La imagen de un sunami en sumatra no es tal es una tormenta de arena
ResponderEliminarEsas son las consecuencias de fiarte de las imágenes de la red. Si es así, pido mil disculpas. Muchas gracias por la aclaración.
ResponderEliminarHola, Sol! Además de verlas en tu blog he visto circular por la web los cuadros de esta mujer que, aunque el estilo no sea el de nuestro total agrado, hay que reconocer como bien dices que la técnica es impecable. Sin embargo, hay algunas imágenes que realmente no coinciden con el estilo y la técnica, como la del muchachito en monocromo con el fondo en degradé por ejemplo, y otras que he visto similares. Como ya ha ocurrido otras veces, ¿no habrá una mezcla de la monja pintora y otra Isabel Guerra que simplemente photoshopea fotografías?
ResponderEliminarPues podría ocurrir, ya sabes que a veces en internet te dan gato por liebre. Pero yo me inclino por pensar que es suyo. Si descubres algo nuevo, dímelo, por favor, y rápidamente rectifico. Muchas gracias y un gran abrazo.
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