El Ministerio de Cultura ha entregado la Medalla de las Artes y las Letras a José Luis Sampedro, uno de los escritores cuyo pensamiento más influencia ha ejercido sobre mi. Mi admiración hacia él trasciende su obra literaria para fijarse en el hombre, en un proceso similar al que he vivido con José Saramago.
Recuerdo ahora mi deslumbramiento al leer hace años, en un mini libro editado por Aguilar, su discurso de entrada en la Real Academia Española, titulado Fronteras. Os ofrezco un fragmento:
"Vengo diciendo, en otras palabras, que mi dios siempre ha sido Jano, el de un rostro a cada lado, el dios de las puertas y las arcadas, invocado en la antigua Roma antes que ningún otro numen, como supremo iniciador. Mis fronteras son todas trascendibles, como lo es la membrana de la célula, sin cuya permeabilidad no sería posible la vida, que es dar y recibir, intercambio, cruce de barreras. Y más aún que trascendible la frontera es provocadora, alzándose como un reto, amorosa invitación a ser franqueada, a ser poseída, a entregarse para darnos con su vencimiento nuestra superación: ese es el encanto profundo del vivir fronterizo. Encanto compuesto de ambivalencia, de ambigüedad —no son lo mismo—, de interpenetración, de vivir a la vez aquí y allá sin borrar diferencias. Más allá nos tienta lo otro, lo que no tenemos: nos lo canta y nos lo promete la frontera.
Los del centro, en cambio, viven la frontera de opuesto modo. Esa aventura les repele o les inquieta y se retranquean de la frontera adentro como el mar en el reflujo. Se repliegan al centro del espacio acotado, se instalan en el negro o en el blanco, temerosos de los grises infinitos y delicados. Encastillados en su centro, consolidan las fronteras como límite de sus dominios, alzando murallas y cerrando puertas. Si alguna vez las traspasan es abatiéndolas, para llevarlas más allá y reducir implacablemente «lo otro» a «lo mío». Destruyendo para conservar. Endovertidos, centrípetos, fortificados dentro de su país, de su casa, de su piel, de sus ideas; negando y rechazando cualquier otra bandera, otra lengua, otra interpretación de lo real; oyendo en las victorias cantadas por otro himno nacional solamente aquellas que fueron sus derrotas. Su divinidad no es Jano, sino la Némesis reacia al amor, aunque Zeus mismo la solicitase y aunque acabase engendrando de él a la Elena causante de la guerra de Troya; esa diosa que algunos confunden con otra Némesis abstracta, encargada de castigar a los transgresores del orden profundo. Para ellos la frontera no es invitación sino amenaza; lo ultramuros es siempre enemigo. Y como no intentan siquiera comprender «lo otro», esa cerrazón les infunde a ellos mismos condición de enemigos. Su vivir está anclado en el centro, donde erigen palacios, templos, normas, dogmas. Frente a la aventura del movimiento y la libertad se aferran a la seguridad de la fijeza y lo establecido."
Y ahora, un poema:Canción de aprendizaje
Sea Ulises tu guía
al viajar por tu vida, compañero.
Tapona tus oídos contra toda sirena,
átate al duro mástil de tu barca.
Y, obediente a tu brújula secreta,
pon rumbo a la aventura irrenunciable:
el viaje hacia ti mismo.
¡¡Que maravilla de hombre!!. Este hombre, catedratico de economía desde 1955 y tan conocido anteriormente por su buen hacer en el campo económico, irrumpe tardíamente en el campo literario español(aunque creo que escribía desde muy joven), pero desde su aparición, su obra literaria creo que eclipsó su fama de economista. Sampedro es uno de mis ídolos, como persona y como escritor, me alegro enormemente al conocer cualquier premio u homenaje que le puedan dar. Desde su -Congreso de Estocolmo- al Rio que nos lleve hasta Octubre repetido en cualquiera de las playas inventadas en su Vieja Sirena, hasta llegar al último parrafo de un magnifico libro que dice: Mientras haya Moral, habrá Caballos Desnudos. Nunca hasta entonces había visto(leído) como con mucho humor y muchísima ternura se hacía feróz crítica social. Ese libro, que en Septiembre hará 26 años que lo leí, le hizo mi ídolo. Además dada su prudencia y los tiempos de crisis que corren, deberian darle el premio nacional de economía. He dicho
ResponderEliminarEste tio ha perdido la cabeza.
ResponderEliminarHola, he visto y leído un poco. Me he quedado en Picos. Volveré. Hasta ahí, me ha gustado todo mucho, mucho... de verdad, no soy pelota (lo que menos, Peter Lorre y lo que más la foto de Ouka Leele que sigo remirando para asegurarme que no sea un cuadro ¡qué maravilla!.
ResponderEliminarCoincido contigo y con Manuel en lo referente a José Luis Sampedro (por cierto, he llegado a tu blog buscando una foto de J.L. Sampedro, te la robo, podía robar otra en otro sitio, pero me gusta ésta, tiene una alegría especial. Un saludo,
Isabel, eres muy amable, te agradezco mucho tu comentario. Espero que disfrutes del blog, y espero tus comentarios. Un abrazo
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