Programa del día: "Costa Favolosa abandonará el puerto de Venecia a las 18.00 horas y tomará rumbo hacia Bari. Iniciaremos la navegación a través del canal de Giudecca, donde podremos admirar, a nuestra derecha, el Molino Stucki y la Iglesia del Redentor, y a la izquierda, la cúpula de la Iglesia de la Salud y la Iglesia de los Jesuitas".
Desde el puerto, asistidos por dos remolcadores diminutos, nos vamos acercando al Canal de San Marcos. Desde la terraza de mi camarote, situado a babor, muy poco a poco, Venecia se va quedando atrás.
Va cayendo la tarde. El barco se desliza lentamente, otros barcos surcan el canal en un ir y venir incesante. Conforme nos alejamos de San Marcos, los paseos de las orillas se vacían de gente.
Costeamos por la ribera Schiavoni, también llamada de los Siete Martirios, el lugar donde se celebra la Mostra di Venezia, y la Isla de Santa Elena. Desde aquí se distinguen mejor el cúmulo de islas sobre las que se asienta la ciudad, abierta en decenas de canales, unida por cientos de puentes.
Se me ocurre que es Venecia quien navega, separándose de mi. Navega en azul, entre el mar y el cielo. Siempre me duele esta ciudad.
Debo sacudirme la melancolía. Mi viaje no ha hecho más que empezar. Con ruta suroriental por el mar Adriático, navegaremos toda la noche rumbo a Bari.
Ver entrada anterior: Cuaderno de bitácora: domingo, Venecia.
No hay comentarios:
Publicar un comentario