Programa de navegación: "A las 10.00 de la mañana podremos admirar delante de nosotros la costa croata de Dubrovnik y la isla de Lokrum, situada justo enfrente de la ciudad. A las 11.00 embarcará el piloto para realizar la maniobra hasta llegar a nuestro punto de fondeo entre la ciudad de Dubrovnik y la isla de Lokrum. A las 17.30 Costa Favolosa zarpará con dirección a Venecia. Tras haber dejado a nuestra espalda la costa de Dubrovnik, costearemos las islas croatas de Mljet, Lastovo y Susac. Por la noche, alrededor de las 22.30, transitaremos entre las islas de Svetac, Bisevo y Vis. Proseguiremos después con rumbo noroccidental, en el Adriático, hacia Venecia."
Heidelberg, Dresde, Brujas, Delft, Salzburgo, Innsbruck ... Hay una serie de ciudades europeas que parecen de juguete, ciudades con un encanto especial, inconfundibles. Ciudades que conservan la escala humana, en las que todavía se puede vivir. Dubrovnik, cayendo a plomo sobre el mar desde la ladera del monte Srd, es una de ellas. Desde lejos parece uno de esos pueblos de cartón piedra típicos de los nacimientos de Navidad.
La parte antigua conserva sus murallas, y aunque la guerra de los noventa, el asedio y los bombardeos destrozaron la casi totalidad de los tejados y muchos edificios, las murallas permanecieron practicamente intactas. A su derecha, un pequeño puerto, y salpicando la ladera, entre árboles, casas de poca altura conforman el Dubrovnik moderno.
Dubrovnik es una ciudad para la intimidad. Palacios, iglesias, espléndidas casas de piedra, calles estrechas y pequeñas plazas, un escenario perfecto para pasear pausadamente, escuchando solo el sonido de las pisadas en el empedrado. Así debería vivirse Dubrovnik, y no rodeado de turistas, como la he conocido yo.
Placa es el nombre de la arteria principal que cruza la ciudad, que os muestro en las dos fotografías superiores. En un extremo, la gran fuente de Onofrio y la Iglesia de Santa Salvación; en el otro extremo, la Plaza Luza con el Pilar de Orlando, el Viejo Campanario y el Palacio Sponza.
A la derecha de esta calle, multitud de callejuelas trepando por la ladera del cerro, escalinatas abiertas a cafés, restaurantes y comercios. A la izquierda, palacios e iglesias de gran belleza, como el Palacio del Príncipe, un edificio magnífico, entre renacentista y gótico, en cuya fachada se encuentran los capiteles más hermosos que conozco.
Esta ciudad es una joya.
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Si Croacia entra en la UE, ¿se convertirá en la próxima Benidorm?
ResponderEliminarEstupendo este crucero tuyo en el que estoy embarcado.
ResponderEliminarUn beso.
Dios no lo quiera ...
ResponderEliminarGracias Blanco, he disfrutado mucho compartiéndolo con vosotros. Así lo he vivido dos veces. Un fuerte abrazo, y sigue por mi casa, por favor.
ResponderEliminar¡Qué bellezas, gracias!
ResponderEliminarEspero que estas palabras te lleguen...unos cuantos comentarios no aparecieron nunca...¿tragados por la nada?
Un abrazo.
Muchas gracias Colo, ya te echaba de menos. Sí, a veces los comentarios caen en un agujero negro y nunca más se supo. Google funciona a su aire. Un abrazo muy fuerte
ResponderEliminarMe gustó tu blog, me quedo si me lo permitis y te invito a pasar por el mío!Abrazo. Es muy difícil pasar el filtro de la verificación casi no pude comentar, te sugiero que lo quites.
ResponderEliminarBienvenida!!! No sabía que existiese tal filtro, miraré cómo quitarlo. Muchas gracias por tus palabras. Espero verte a menudo por Mi casa. Un abrazo
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