!!! Bienvenido ¡¡¡

Gracias por entrar. Antes de irte, echa un vistazo y comparte con nosotros. Nos interesa conocer todo lo que quieras compartir. ¿Has hecho algún descubrimiento deslumbrante? ¿Una película, un poema, un cuadro, un disco? ¿Una ciudad, un paisaje? Ábrenos una ventana y nos asomaremos.

jueves, 25 de agosto de 2011

El mar de Safo

Programa de navegación: "Por la tarde podremos ver, a la derecha del barco, la isla de Lesbos. A las 22.15 el barco pasará a la altura de Mehemtcik, con lo que ingresaremos en el Estrecho de los Dardanelos. En turco "Cannakale bogazi", el estrecho es una línea de mar turco que comunica el mar Egeo con el mar de Mármara. Su parte más estrecha mide 1250 metros, mientras que la parte más ancha es de 8 Km. Cuenta con 62 Km de longitud. La ciudad más bonita e importante que se asoma al estrecho es Cannakale, en cuya plaza es posible admirar el "caballo de Troya", donado por los productores de la película Troya, del 2004, al encontrarse muy cerca de las ruinas de la antigua ciudad de Troya."













"Amor ha agitado mis entrañas como el huracán que sacude monte abajo las encinas. Viniste. Hiciste bien. Yo te estaba aguardando. Has prendido fuego a mi corazón, que se abrasa de deseo." Safo escribió estas palabras en Lesbos. Y estas otras:

"De veras, quisiera morirme. Al despedirse de mí llorando, me musitó las siguientes palabras: "Amada Safo, negra suerte la mía. De verdad que me da mucha pena tener que dejarte." Y yo le respondí: "Vete tranquila. Procura no olvidarte de mí, porque bien sabes que yo siempre estaré a tu lado. Y si no, quiero recordarte lo que tu olvidas: cuantas horas felices hemos pasado juntas. Han sido muchas las coronas de violetas, de rosas, de flor de azafrán y de ramos de aneldo, que junto a mí te ceñiste. Han sido muchos los collares que colgaste de tu delicado cuello, tejidos de flores fragantes por nuestras manos. Han sido muchas las veces que derramaste bálsamo de mirra y un ungüento regio sobre mi cabeza."

El barco se aleja de Esmirna, y pese a mis esfuerzos no consigo ver Lesbos, de manera que la foto de la isla que os ofrezco no es mía, como tampoco lo es la que la acompaña, las ruinas de Troya, que no conozco. Pero desde la terraza de mi camarote miro el mar, el mismo que miró Safo desde Lesbos, el mismo que, según la leyenda, recogió su cuerpo cuando se tiró desde un promontorio de la isla de Leucade. El mar de los troyanos.
























Me enredo con la espuma. Enseguida, cae la tarde.













Ver más sobre el crucero.

No hay comentarios:

Publicar un comentario