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miércoles, 17 de agosto de 2011

Ítaca

En mayo de 1986 alguien muy importante en mi vida me regaló la Poesía completa de Kaváfis, en una edición de Alianza Editorial que aún conservo muy subrayada. En la dedicatoria me decía que "si tuviera una compañía de barcos -Transmediterránea, por ejemplo- regalaría este libro a los pasajeros". A falta de ello, me lo regaló a mi. Tres meses después me embarcaba en un viaje que me permitiría recorrer la península del Peloponeso y gran parte de la Grecia continental, un viaje iniciático al que ya hice referencia en más ocasiones, y al que me acompañó el Hiperión, de Hölderlin, y este poemario.


Veinticinco años después vuelvo a Grecia. Navegar junto a Ítaca y no poder verla ( como os comenté, la alcanzamos de madrugada), me resultó frustrante. Pero navegué por el mar Jónico y la supe ahí, cercana. Kaváfis le dedicó su poema más conocido.

Ítaca

Cuando emprendas tu viaje hacia Ítaca

debes rogar que el viaje sea largo,

lleno de peripecias, lleno de experiencias.

No has de temer ni a los lestrigones ni a los cíclopes,

ni la cólera del airado Posidón.

Nunca tales monstruos hallarás en tu ruta

si tu pensamiento es elevado, si una exquisita

emoción penetra en tu alma y en tu cuerpo.

Los lestrigones y los cíclopes

y el feroz Posidón no podrán encontrarte

si tú no los llevas ya dentro, en tu alma,

si tu alma no los conjura ante ti.

Debes rogar que el viaje sea largo,

que sean muchos los días de verano;

que te vean arribar con gozo, alegremente,

a puertos que tú antes ignorabas.

Que puedas detenerte en los mercados de Fenicia,

y comprar unas bellas mercancías:

madreperlas, coral, ébano, y ámbar,

y perfumes placenteros de mil clases.

Acude a muchas ciudades del Egipto

para aprender, y aprender de quienes saben.

Conserva siempre en tu alma la idea de Ítaca:

llegar allí, he aquí tu destino.

Mas no hagas con prisas tu camino;

mejor será que dure muchos años,

y que llegues, ya viejo, a la pequeña isla,

rico de cuanto habrás ganado en el camino.

No has de esperar que Ítaca te enriquezca:

Ítaca te ha concedido ya un hermoso viaje.

Sin ellas, jamás habrías partido;

mas no tiene otra cosa que ofrecerte.

Y si la encuentras pobre, Ítaca no te ha engañado.

Y siendo ya tan viejo, con tanta experiencia,

sin duda sabrás ya qué significan las Ítacas.


En 1975 el cantautor catalán Lluis Llach compuso esta canción, Viatge a Itaca, inspirado en el poema. Os la ofrezco.

Más entradas sobre el crucero.


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