


Bajo el epígrafe de Ca-ro-ta (es el título de la muestra), los tres celebran su amistad y complicidad jugando con las máscaras, riéndose de sí mismos, despojando de gravedad y trascendencia su lenguaje pictórico, confundiéndose, mezclándose. Y esa falta de gravedad es un soplo de aire limpio, una pura delicia cuando sale de los pinceles de dos grandes. Con las fotografías, se consuma la celebración.


Cuenta Elena Ochoa, directora de la galería, que la idea surge cuando Socías le presenta a Arroyo y Gordillo, y le muestra la serie de fotografías en los que ellos habían dibujado una serie de máscaras y vestido con ellas, celebrando así la amistad y admiración que les une. Bienvenida la iniciativa, que nos hace disfrutar una exposición tan gozosa.


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