El 15 M, por un cambio global

Esta es la última fotografía que pude hacer. Después, algo más cerca de la Puerta del Sol madrileña, había caído la noche y mi cámara fue incapaz de captar una imagen decente. Ya no cabía un alma. Es la manifestación del 15 M.













Para mí, la manifestación comenzó a las 4,30 de la tarde en la Plaza de Olavide. En Bilbao se nos unían los que llegaban de Malasaña. El espíritu festivo se desbordaba mientras se coreaban al unísono los eslóganes:"Manos arriba, esto es un atraco", "Vuestra crisis no la pagamos" y la mítica "El pueblo, unido, jamás será vencido". Los aplausos y las manos en alto saludaban a los grupos que se iban añadiendo a la marcha.













Personas de todas las ideologías y condición social, familias con niños y una mayoría de jóvenes que, blandiendo en alto sus llaveros cantaban: "Estas son las llaves, de casa de mis padres".






























En la Plaza de la Cibeles, la manifestación se extendía a derecha e izquierda del Paseo de la Castellana y ocupaba la calle de Alcalá hasta donde alcanzaba la vista. Algo retirado, un grupo de manifestantes informaba sobre el conflicto palestino-israelí y coreaban eslóganes apoyando al pueblo palestino. Pero la mayor parte de ellos aludían a la crisis económica y a la falta de democracia. "Esta democracia no nos representa", "Le llaman democracia y no lo es". Los banqueros y los políticos , en el punto de mira.














Cuando el helicóptero de la policía nos sobrevolaba, las manos se alzaban. "Menos policía, y más educación". Ni un atisbo de violencia.














"Luego diréis, que somos cinco o seis". Antes de alcanzar la Puerta del Sol ya no se podía dar un paso. Hacia atrás, no cabía un alfiler. "Por un cambio global". Muy lentamente pude alcanzar una calle lateral y mucho después una parada de metro. Ha sido una fiesta ciudadana. Me siento agotada y feliz. Ojalá alguien escuche el grito de la calle y sirva para algo. Ojalá.