Adiós a Tàpies

"El mes gran mestre de la pintura del meu país: les tres coses, mestre, pintor i catalá, en grau màxim.
Un home sencer
El peix més gran i més vermell de la tenassa."

Con estas palabras despide un maestro a otro, Miquel Barceló a Antoni Tàpies. "El pez más grande y más rojo del arrecife". Siento la muerte de Tàpies.














A mi entender, Tàpies aportó un plus esencialmente español al informalismo abstracto. En sus obras hay un desgarro, una pulsión que lo entronca directamente con los clásicos españoles. La última vez que contemplé uno de sus cuadros fue en una exposición extraordinaria ¿Qué hace esto aquí?, organizada en el Museo Lázaro Galdiano, de la que os he hablado en una entrada anterior.


















Allí, junto a las tablas flamencas, cerca de los Alonso Cano, Rivera, Velázquez o Goya, Tàpies se hallaba en su sitio natural. Al menos así lo sentí yo. Una pintura que se salía del marco, que cobraba cuerpo, una pintura tan vibrante. "Deslumbrante hasta el final", titula el crítico de arte Francisco Calvo Serraller una estupenda semblanza que publica hoy el diario El País. Quizá el Museo Reina Sofía, dirigida por su amigo Borja-Villel, a cargo de la Fundación Tàpies desde su nacimiento hasta 1998, se decida a ofrecernos una gran antológica de su obra. Sería muy de agradecer.