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jueves, 16 de junio de 2011

En el Parque del Retiro

Entro en el Parque del Retiro por la Puerta de la Reina Mercedes una de esas mañanas de primavera radiantes, ese incomparable cielo de Madrid cuando la lluvia se ha llevado la nube de contaminación en la que vivimos, el denso verde de los árboles y un aire de festiva alegría entre la gente. Me gusta el uso que los madrileños hacen del Retiro. Las praderas, salteadas de familias sentadas sobre las mantas, junto con las cestas del almuerzo, rodeadas de niños chillones; chicos y chicas en bañador tomando el sol; solitarios lectores a la sombra, recostados en los árboles; ciclistas; parejas besándose o abrazadas en el suelo; ancianos paseando o charlando en los bancos.













Camino, observo a la gente y me voy contando lo que veo, como si me escribiera una carta a mi misma. Me observo viviendo, tomo nota, documento cuanto me rodea y lo describo solo para mi. Y me convierto en actor y espectador de mis actos. Debe ser algún tipo de paranoia, no me cabe duda. Todo lo convierto en literatura, mala literatura, en mi caso. O quizá esa vocación de transmisor que posee todo aquel que goza comunicando.














Sentada en las escaleras del estanque, viendo a jóvenes y adultos con el torso desnudo y los pantalones remangados, remando, y a las chicas en shorts con los pies en el agua, recuerdo aquella normativa de Carlos III mediante la cual se permitía a los ciudadanos madrileños la entrada libre en el Parque del Buen Retiro, recinto real, siempre y cuando fueran "aseados y bien vestidos". Una adolescente toma el sol tumbada en una barca, con los pies en el agua (un agua con color y olor a cloaca, por cierto). De repente pega un respingo y la brusquedad de su salto hace tambalear la embarcación. Un pez ha debido confundir su dedo gordo con uno de los mendrugos de pan con los que la gente acostumbra a alimentarles.













En 1887 se construye el Palacio de Cristal con motivo de la Exposición de las Islas Filipinas. En un principio de utilizó como invernadero, tratando de hacer la competencia a los invernaderos ingleses. Hoy se utiliza como sala de exposiciones. Recuerdo que fue aquí donde conocí la obra de Henri Moore, en 1981, con motivo de una gran exposición de sus dibujos, obra gráfica y esculturas, estás, de enormes dimensiones, en las praderas colindantes.













Hoy el Palacio está vacío, a la espera de una nueva exposición. Y este espacio, sin objetos que te oculten el paisaje, es una belleza. La estructura metálica se refleja en el vidrio y parece jugar entre los árboles.













Varios cristales están cubiertos por una película blanca sobre la que
la gente ha dejado mensajes. Algunos me llaman la atención.













Parece que los "indignados" también han pasado por aquí. Me debato entre el rechazo a afear una construcción tan hermosa y mi satisfacción por esta furia reivindicativa que se ha apoderado de buena parte de la juventud española.













Muy cerca del Palacio de Velázquez, un hermoso tejo me recuerda a mi tierra. El árbol de los celtas, de las brujas, el árbol sagrado, mágico para las gentes del norte.

Antes de irme, busco los restos de la antigua Casa de Fieras, donde me llevaba mi abuela siendo niña, durante las temporadas que pasaba con ella en Madrid. Poco queda ya de aquellas edificaciones tan vivas en mi recuerdo.













Fue Carlos III quien mandó construir una Casa de Fieras en el recinto de los Jardines del Buen Retiro, y aquí estuvieron hasta que, siendo Arias Navarro Presidente de Gobierno, se iniciaron las obras del Zoológico, se llevaron los animales y se clausuró la Casa de Fieras. Así era. Así es.

4 comentarios:

  1. Gracias por este bonito paseo. Las pocas veces que estuve en el Retiro, me llamaron primero la atención las ardillas, ¡claro!.
    Ignoraba la historia del Palacio de Cristal, y que fue un invernadero. Lo cierto es que me recuerda un poco al edificio del jardín botánico de Bruselas.
    Buen fin de semana.

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  2. Gracias Colo. Desde Dublín, también para ti. Un abrazo

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  3. precioso gracias por exponer tu punto de vista

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    Respuestas
    1. Gracias a ti por tu visita a Mi casa. Espero verte por aquí a menudo. Un abrazo

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